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número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

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Foucault, el G.I.P. representa otra política posible pues<br />

rechaza <strong>las</strong> estructuras jerárquicas, los juegos <strong>de</strong> notoriedad<br />

y el mimetismo gregario:<br />

“En el G.I.P., eso significa: ninguna organización, ningún<br />

jefe, se hace verda<strong>de</strong>ramente todo para que permanezca como<br />

un movimiento anónimo que no existe más que por <strong>las</strong> tres letras<br />

<strong>de</strong> su nombre. Que todo el mundo pueda hablar. Sea quien<br />

sea el que habla, no habla porque hay un título o un nombre, sino<br />

porque hay algo que <strong>de</strong>cir. El único eslogan <strong>de</strong>l G.I.P. es: ¡La<br />

palabra a los <strong>de</strong>tenidos!” 12 .<br />

Es el carácter mismo <strong>de</strong> la plebe, informal, protoplásmico,<br />

nómada, el que se transpone en el marco <strong>de</strong>l campo<br />

<strong>de</strong> acción. Cuando se pregunta a Foucault hasta qué<br />

punto el G.I.P. era un grupo o si existía una “constitución<br />

orgánica”, él respon<strong>de</strong> con claridad: “No, ninguna. Era un<br />

lugar <strong>de</strong> reunión. El grupo no estaba constituido…”. El acento<br />

puesto en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> anonimato (paradójico en una<br />

agrupación que reúne a algunas celebrida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo<br />

literario y universitario) va en el mismo sentido. El<br />

trazo distintivo <strong>de</strong> la plebe es presentar rostros y nombres<br />

inciertos, intercambiables, evanescentes –en contra<br />

<strong>de</strong>l pueblo formal, rigurosamente i<strong>de</strong>ntificado con sus jefes,<br />

sus héroes y sus mártires. En la época en que<br />

Foucault intenta <strong>de</strong>finir los lineamentos <strong>de</strong> otra política<br />

posible, el mo<strong>de</strong>lo leninista resulta próspero todavía en<br />

la extrema izquierda –el <strong>de</strong> un batallón político <strong>de</strong> hierro,<br />

calcado <strong>de</strong> una organización militar, disciplinado, jerarquizado<br />

y galvanizado. Por eso es a la vez contra este<br />

mo<strong>de</strong>lo, tal y como impregna la cultura política radical<br />

<strong>de</strong> los años 1970, como contra el <strong>de</strong> la política parlamentaria<br />

(que somete a los partidos a <strong>las</strong> condiciones <strong>de</strong>l<br />

Estado y <strong>de</strong>l estatismo), que se concibe esta experiencia<br />

<strong>de</strong> inspiración libertaria: antiautoritaria (“nada <strong>de</strong> jefes,<br />

nada <strong>de</strong> ór<strong>de</strong>nes dadas”), igualitaria (“la palabra a disposición<br />

<strong>de</strong> todos”), molecular (ninguna organización).<br />

Des<strong>de</strong> el momento en que esas “incitaciones” fueron<br />

lanzadas por Foucault, el mo<strong>de</strong>lo leninista se ha <strong>de</strong>smoronado<br />

en la extrema izquierda formal y ésta se encuentra<br />

en vías <strong>de</strong> rápida conversión, aunque todavía <strong>de</strong> manera<br />

no <strong>de</strong>clarada, hacia <strong>las</strong> condiciones <strong>de</strong>l aparato parlamentario<br />

<strong>de</strong> la política. ¿Quién se sorpren<strong>de</strong>rá entonces<br />

<strong>de</strong> que <strong>las</strong> sugerencias foucualtianas encuentren<br />

siempre con mayor claridad prácticas, gestos, actores y,<br />

<strong>de</strong> una manera más general, un nuevo tono <strong>de</strong> la política<br />

radical cuya característica común consiste en rechazar<br />

esos rituales <strong>de</strong> la política que nos reconducen a una institución<br />

parlamentaria y a un significante mayor (la <strong>de</strong>mocracia)<br />

cuyo <strong>de</strong>clive histórico pa<strong>de</strong>ce sin embargo a<br />

los ojos <strong>de</strong> todos y cada uno?<br />

A<strong>de</strong>más, ¿acaso no son esas cuestiones en cuyo interior<br />

se ha cristalizado la política viva (extraparlamentaria) en<br />

los países <strong>de</strong> Europa occi<strong>de</strong>ntal aquel<strong>las</strong> en <strong>las</strong> que aparecen<br />

precisamente actores y <strong>de</strong>safíos plebeyos: sin papeles,<br />

<strong>de</strong>mandantes <strong>de</strong> asilo, parados <strong>de</strong> larga duración,<br />

jóvenes <strong>de</strong> <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> <strong>las</strong> banlieus, temporales <strong>de</strong>l<br />

espectáculo, enfermos <strong>de</strong> S.I.D.A., <strong>de</strong>safiliados y abandonados,<br />

etc.? En consecuencia, el tablero <strong>de</strong> la batalla<br />

que se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na cambia totalmente: ya no es un frente<br />

<strong>de</strong> lucha único, una batalla que enfrenta meta-sujetos<br />

(proletariado contra burguesía, “representados” por sus<br />

respectivos partidos) en la perspectiva <strong>de</strong> una lucha final,<br />

sino una multitud <strong>de</strong> escenarios dispersos <strong>de</strong> enfrentamiento,<br />

<strong>de</strong> focos <strong>de</strong>scentralizados y <strong>de</strong> resistencias<br />

que estallan <strong>de</strong> manera más o menos efímera o dura<strong>de</strong>ra.<br />

Ahora bien, quienes no ven en esas proliferaciones<br />

más que pérdida y disminución <strong>de</strong> sustancia, anomia o<br />

<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> cualquier fuerza susceptible <strong>de</strong> oponerse<br />

a la dominación, no compren<strong>de</strong>n sencillamente que<br />

estamos inmersos en un cambio <strong>de</strong> época; el reto <strong>de</strong> este<br />

último consiste ni más ni menos que en el paso <strong>de</strong> un<br />

régimen clausewitziano <strong>de</strong> la política (la guerra <strong>de</strong> c<strong>las</strong>es<br />

que parodia la guerra entre Estados-nación y que culmina<br />

en la gran batalla que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> todo –pero que no llega<br />

nunca, al menos bajo nuestras latitu<strong>de</strong>s) a un régimen <strong>de</strong><br />

proliferaciones y <strong>de</strong> intensida<strong>de</strong>s en el que la división se<br />

perpetúa y se certifica bajo la forma <strong>de</strong> una multitud <strong>de</strong><br />

enfrentamientos heterogéneos –salvo que todos converjan<br />

en acto no hacia la noción <strong>de</strong> una “mejora” <strong>de</strong>l sistema,<br />

sino <strong>de</strong> una <strong>de</strong>serción generalizada. Lo que se llama<br />

la lucha <strong>de</strong> los sin papeles no se correspon<strong>de</strong> con una<br />

“Europa acorazada” un poco menos estanca, unos ministros<br />

<strong>de</strong>l Interior un poco menos aficionados a los vuelos<br />

chárter, sino más bien un retorno a la hospitalidad;<br />

un retorno que pasa por tantos movimientos <strong>de</strong> abandono,<br />

tantos <strong>de</strong>splazamientos violentos, tantos olvidos <strong>de</strong><br />

nosotros mismos tal y como hemos sido mo<strong>de</strong>lados por<br />

nuestra condición inmunitaria y nuestras angustias securitarias,<br />

que llegaríamos un día a “ver” Sangatte 13 y<br />

<strong>las</strong> zonas <strong>de</strong> espera con la misma incredulidad <strong>de</strong> asco<br />

con la que vemos hoy en día la hoguera <strong>de</strong> <strong>las</strong> brujas y<br />

los combates <strong>de</strong> los gladiadores 14 .<br />

El círculo <strong>de</strong> la plebe es entonces ese retorno inesperado,<br />

en medio <strong>de</strong> la renovación <strong>de</strong> <strong>las</strong> prácticas políticas<br />

y <strong>de</strong> la intensificación <strong>de</strong> <strong>las</strong> formas <strong>de</strong> <strong>de</strong>serción, <strong>de</strong><br />

aquello mismo que el cálculo <strong>de</strong> los dominantes había<br />

concebido como una máquina <strong>de</strong> guerra contra <strong>las</strong> intenciones<br />

prometeicas <strong>de</strong>l proletariado (incluso contra la<br />

simple energía <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Michelet y Péguy). La ple-<br />

127MISCELÁNEA<br />

página 13 YOUKALI,<br />

12.- ‘Le grand enfermement’ en DE II, pp. 296 y ss.<br />

13.- N. <strong>de</strong> los Trad.: Sangatte es una comuna y población <strong>de</strong> Francia, en el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Pas-<strong>de</strong>-Calais. Su notoriedad es <strong>de</strong>bida a que<br />

durante algunos años aglutinó un campo <strong>de</strong> refugiados en el que se produjeron diversas revueltas (años 2001 y 2002). Nico<strong>las</strong> Sarkozy, 1885-477X<br />

entonces ministro <strong>de</strong> Interior, or<strong>de</strong>nó su clausura y el campo cerró sus puertas en 2002.<br />

14.- Véase a este respecto el dosier <strong>de</strong>dicado a <strong>las</strong> zonas <strong>de</strong> espera realizado por la <strong>revista</strong> Drôle d’Époque nº13, Nancy, Novembre 2003. ISBN:

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