número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

ISBN: 1885-477X YOUKALI, 13 página 184 ANÁLISIS / RESEÑAS
Porque ahora, en estos dos poemarios, se radicaliza el proceso de búsqueda. Y la palabra deja espacio al silencio.
Nace de ese silencio como exigencia o necesidad o se pierde en él y nos deja su huella: el espacio en blanco
en el que pudo estar (o en el que estuvo) y que ahora es pausa, un hueco que nos habla, desde su ausencia. En
el texto está lo (in)completo de nuestro decir del mundo, la (in)capacidad de la palabra para instaurar en el texto
la plenitud del mundo; tal como somos incapaces de hacer de esta plenitud verdad y espacio compartido en
la realidad histórica.
En estos dos poemarios donde ha desaparecido la puntuación, en que la disposición gráfica del poema se
abre en múltiples espacios en blanco (pausas, silencios, huecos), en que la palabra se rompe o se compone para
crear nuevos significados (palabras nuevas para un decir distinto)… en ellos está la búsqueda, la indagación,
el corvo y esforzado arado del lenguaje. El hueco y la palabra. La libertad de la exactitud. La palabra camina en
busca del poema más menesterosa que nunca, más rumiada, masticada, pronunciada y silenciada, más palabra
dicha y al instante negada. Estamos siempre a las puertas de este decir, de este sueño o reconciliación: “pero si
ahora imaginas un habla sin resaca, sin rencor, música que todos entienden sin letra” (Incompleto, p. 55 15 ).
Palabra que sea música, sin letras, un habla nueva que todos entiendan. “No sirven palabras domesticadas”
(p.55). Aquí, detrás de la casa en ruinas del lenguaje, estas palabras gastadas nada dicen, nada que sea verdad,
que sea necesario. Por eso hay que romper la sintaxis, la estructura del poema (su disposición en versos), dejar
espacio entre lo dicho y lo por decir (romper también el discurso, la previsible sucesión, la ocupación continua
del espacio) para que en el hueco de lo no dicho o de lo dicho y borrado habite un nuevo sentido 16 . “Extraño
país el silencio” (p. 58), desconocido territorio, palabras sin rencor, sólo música, como de “un extranjero que dominar
quisiera los silencios” (p. 55). Extraño, extranjero…
Exilio de la palabra: extrañada de si misma, salida de su certeza, de su decir de siempre (el que está asentado
en el diccionario). Exilio de la mano de ese “huérfano aún”, ese Paul Anschelt que quiso decirse dándose la
vuelta, rompiendo su nombre para ser Paul Celan (anagrama de la más absoluta orfandad). El poeta al que se
rinde emocionado homenaje en un poema tan lleno de ecos y de resonancias, un poema en que “el cielo viene
mendigando pordiosero” (p.51) y “por si acaso existe el Otro hay quien le da de las sobras del día” (p.51) que
se diría dialogan con los versos de Celan: “Los muertos- mendigan aún, Francisco.” y “En mi mano come el otoño
su hoja: somos amigos” 17 .
Y sobre el espacio en blanco de la última pausa la “y” colgando o caída (conjunción que nada une, que parece
asomada al desastre y a una insólita esperanza: tal vez la de la memoria y la palabra-vida del muerto que
alienta en el poema). Y el último verso termina haciendo explícito el homenaje: “no sé por qué os cuento esto
mirando el puente Mirabeu” (p.51).
Lo que queda es más que el borrado, es cicatriz. Lo que permanece (aunque ya no esté) después de la presencia.
Una huella, un hueco que contiene. Como unas manos juntas que han intentado retener el agua o la arena.
En ese hueco, en esa huella, es posible poner el silencio. Es el lugar de la ausencia. Un espacio real pues está-no
está en el texto.
Por ejemplo aquí; en este breve poema en el que cada palabra se multiplica, reverbera, adquiere resonancias.
Y el poema (que dice tiempo al revés, que se envuelve en la verdad de lo venidero) se abre a la escucha: a un
sentido otro, a la diferente verdad de cada lectura, de cada sucesiva resonancia. Palabras y silencios que llegan
al encuentro del Otro, de los otros, que esperan pacientes en los intersticios de su decir:
“me arropó mi hijo desde su noche
la nada que soy pronto
(bendición)”
(Detrás de la casa en ruinas, p.59 18 )
15 Hasta que se indique lo contrario las citas pertenecen a Incompleto. Señalo sólo el número de página.
16 Antonio Méndez Rubio, a propósito de las Tesis de filosofía de la historia de Walter Benjamin, reflexiona sobre el “valor político de la ausencia”:
“En el plano sintáctico el poema utópico vive del salto (…) desplaza discontinuamente sus conectores para abrir un espacio
de tensión entre lo posible y lo imposible. Es decir, asume su necesidad crítica como momento de precariedad o crisis lingüística, material,
intrasferible. Solo así podrá esperar hablar al vacío en el mismo instante de abrirse”. En La desaparición del exterior , Eclipsados,
Zaragoza, 2012, p. 209-2010.
17 En Paul Celan, Obras Completas, Traducción de José Luis Reina Palazón, Trotta, Madrid,1999, pag. 94 y pag. 62 respectivamente.
18 A partir de ahora, si no se indica lo contrario, señalo tan sólo el número de página de este poemario.