número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...
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pendiente <strong>de</strong>l otro. Las normas criminalizadoras a<br />
<strong>las</strong> que Marx se refiere en el contexto <strong>de</strong> la acumulación<br />
originaria impi<strong>de</strong>n ciertos comportamientos –<br />
por ejemplo pagar salarios por encima <strong>de</strong>l fijado –<br />
mientras que otras normas no tratan <strong>de</strong> impedir sino<br />
<strong>de</strong> favorecer <strong>de</strong>terminadas conductas – por ejemplo<br />
tratos a favor en <strong>de</strong>terminados casos, como puedan<br />
ser normas <strong>de</strong> contratación que favorecen a <strong>de</strong>terminados<br />
colectivos. Las primeras tienen un reverso<br />
punitivo mayor que <strong>las</strong> segundas pero también en<br />
este caso cabe la inversión: alguien pue<strong>de</strong> encausar a<br />
quien le niega un trato <strong>de</strong> discriminación positiva al<br />
que tiene <strong>de</strong>recho por ley.<br />
En tercer lugar <strong>las</strong> leyes y normas son sentencias<br />
<strong>de</strong> carácter lingüístico <strong>de</strong>l tipo performativo es <strong>de</strong>cir<br />
que producen aquello que encausan. Se entretejen<br />
pues en los comportamientos <strong>de</strong> <strong>las</strong> personas codificándolos<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada manera. La socialización<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la infancia en esta red <strong>las</strong> hace aparecer como<br />
algo natural, naturaliza <strong>las</strong> conductas en su marco<br />
como si sólo estas pudieran ser posibles. Pero hay<br />
que tener mucho espíritu <strong>de</strong> sumisión para no plantearse<br />
que la norma es algo socialmente creado, algo<br />
que <strong>de</strong>be ser sometido a criterios <strong>de</strong> enjuiciamiento<br />
más allá <strong>de</strong> su mera vigencia. En último término gran<br />
parte <strong>de</strong> los conflictos sociales son conflictos sobre leyes,<br />
sobre su promulgación, aplicación, interpretación<br />
y transformación, lo que incluye obviamente la forma<br />
misma <strong>de</strong> la ley y no sólo su contenido.<br />
8.- ¿Y <strong>de</strong> liberación?<br />
El uso <strong>de</strong> <strong>las</strong> leyes, su nueva formulación e incluso<br />
su necesidad es un punto discutido en <strong>las</strong> estrategias<br />
revolucionarias. Hay quien señala que la “forma <strong>de</strong><br />
la ley” es algo irrenunciable o incluso llega a pensar<br />
que toda revolución es siempre y sólo la exigencia <strong>de</strong><br />
un cambio en el Estado, pero que no cabe pensar en<br />
formas colectivas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ejercido masivamente<br />
que subordinen <strong>las</strong> instituciones a <strong>de</strong>cisiones tomadas<br />
conjuntamente. Del mismo modo que no po<strong>de</strong>-<br />
mos pensar en socieda<strong>de</strong>s que funcionen sin algún<br />
tipo <strong>de</strong> control social, no podríamos pensar<strong>las</strong> sin algún<br />
tipo <strong>de</strong> Estado y <strong>de</strong> ley. La cuestión aquí está, a<br />
mi modo <strong>de</strong> ver, en la locución, “algún tipo” y en los<br />
procesos en los que se crea y recrea po<strong>de</strong>r colectivo.<br />
Tal vez la cuestión resulte más clara si se consi<strong>de</strong>ra<br />
el problema <strong>de</strong> la Constitución. Hemos dicho que<br />
el conjunto <strong>de</strong> <strong>las</strong> normas jurídicas que rigen una sociedad<br />
– el <strong>de</strong>nominado “or<strong>de</strong>namiento jurídico” –<br />
pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como un articulado jerárquico<br />
en el que <strong>las</strong> normas <strong>de</strong> rango inferior se apoyan en<br />
<strong>las</strong> <strong>de</strong> rango superior y así hasta la cima – la fuente –<br />
<strong>de</strong> Derecho que, en los Estados mo<strong>de</strong>rnos, es la<br />
Constitución.<br />
Ahora bien, ¿cómo se cambia una Constitución?<br />
Los estudiosos <strong>de</strong>l Derecho señalan que una<br />
Constitución o norma primera no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scansar<br />
en otra norma, puesto que en este caso, esa segunda<br />
sería la primera y así sucesivamente. Descansa en un<br />
hecho, el hecho histórico <strong>de</strong> que el or<strong>de</strong>namiento jurídico<br />
pier<strong>de</strong> eficacia y es incapaz <strong>de</strong> regular los conflictos<br />
sociales, es incapaz <strong>de</strong> cumplir su función <strong>de</strong><br />
control social. En tales momentos ya sea <strong>de</strong> forma<br />
más o menos traumática como resultado <strong>de</strong> una<br />
guerra o una revolución, o bien por acuerdo <strong>de</strong> distintos<br />
actores socio-políticos, se promulga una (nueva)<br />
Constitución o una (nueva) Carta <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />
que supone la elevación a rango <strong>de</strong> ley superior o <strong>de</strong><br />
norma fundamental <strong>de</strong> la expresión escrita <strong>de</strong> tal<br />
conjunción <strong>de</strong> fuerzas.<br />
Es importante enten<strong>de</strong>r que este “momento<br />
constitucional” sanciona una situación <strong>de</strong> cambio<br />
que es <strong>de</strong>bida a la correlación <strong>de</strong> fuerzas históricamente<br />
presentes, lo que incluye <strong>las</strong> diferentes opciones<br />
estratégicas <strong>de</strong> <strong>las</strong> p<strong>artes</strong> en disputa. Por ejemplo,<br />
durante la llamada Transición española, el entonces<br />
Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>las</strong> Cortes, Torcuato Fernan<strong>de</strong>z<br />
Miranda no cejó ni un momento en su empeño <strong>de</strong><br />
que la nueva Constitución “emanara” <strong>de</strong> <strong>las</strong> leyes<br />
franquistas; se trataba <strong>de</strong> “ir <strong>de</strong> la ley a la ley” como 37¿DERECHO?<br />
no se cansaba <strong>de</strong> repetir. Este artificio retórico que<br />
sin embargo se p<strong>las</strong>mó en la auto-disolución <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />
Cortes franquistas, en la negativa a que se convoca- página<br />
ran Cortes constituyentes y en la elaboración <strong>de</strong> tapadillo<br />
<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1978 evitó cuidadosa-<br />
13<br />
mente que el cambio <strong>de</strong> régimen pudiera interpretarse<br />
como un cambio impuesto por <strong>las</strong> luchas sociales<br />
propiciando su lectura como un proceso <strong>de</strong> tran- YOUKALI,<br />
sición <strong>de</strong> la dictadura a la <strong>de</strong>mocracia dirigido por la<br />
primera. En ningún momento se permitió que apareciera<br />
algo así como un vacío en el ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r,<br />
ni que <strong>las</strong> fuerzas <strong>de</strong>mocráticas – realmente<br />
muy timoratas y corruptibles – pudieran presentarse<br />
como los auténtico ejes <strong>de</strong>l cambio encausando a 1885-477X<br />
los dirigentes franquistas.<br />
Este ejemplo sirve para ilustrar cómo la retóricaISBN: