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Manual de adicciones para psicólogos - Plan Nacional sobre ...

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<strong>Manual</strong> <strong>de</strong> <strong>adicciones</strong> <strong>para</strong> psicólogos especialistas en psicología clínica en formaciónasociadas habitualmente al consumo <strong>de</strong> drogas son el trastorno <strong>de</strong> conducta y el trastornopor déficit <strong>de</strong> atención con hiperactividad (TDAH). Así, el 52% y el 50% <strong>de</strong> los adolescentes entratamiento que cumplen criterios <strong>de</strong> trastorno <strong>de</strong> conducta y TDAH, respectivamente, lo hacentambién <strong>para</strong> algún trastorno por uso <strong>de</strong> sustancias (Reebye, Moretti y Lessard, 1995; Horner yScheibe, 1997). A<strong>de</strong>más, los pacientes con TDAH comienzan a consumir antes, presentan abusosmás severos y tienen mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> presentar trastornos <strong>de</strong> conducta.La conducta antisocial es otro factor <strong>de</strong> riesgo íntimamente relacionado con el consumo<strong>de</strong> sustancias y, <strong>de</strong> hecho, existe una relación entre éste último y otras conductas <strong>de</strong>lictivas.Distintos estudios muestran que la agresividad física en la infancia y adolescencia es un predictor<strong>de</strong> uso y abuso <strong>de</strong> sustancias (Ohannessian y Hesselbrock, 2008; Timmermans, Van Lier y Koot,2008). Cuando la conducta agresiva se convierte en una estrategia <strong>de</strong> afrontamiento habitual,pue<strong>de</strong> irse configurando un estilo <strong>de</strong> personalidad que <strong>de</strong>rive en un trastorno antisocial<strong>de</strong> la personalidad, en el que el consumo <strong>de</strong> sustancias es frecuente (American PsychiatricAssociation, 2002).El consumo temprano <strong>de</strong> drogas incrementa las probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> consumo posterior,existiendo una relación entre el realizado al inicio <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los veinte y el presente alfinal <strong>de</strong> la misma, con un riesgo creciente <strong>de</strong> que el uso se transforme en abuso o <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nciay que las drogas se conviertan en un elemento <strong>de</strong>l estilo <strong>de</strong> vida (Brook et al., 2000; Newcomby Bentler, 1988). A<strong>de</strong>más, el consumo <strong>de</strong> tabaco y alcohol, <strong>de</strong> inicio más temprano, pue<strong>de</strong>servir <strong>de</strong> puerta <strong>de</strong> entrada hacia las drogas ilegales. También el consumo <strong>de</strong> cannabis en laadolescencia es un factor <strong>de</strong> riesgo importante <strong>para</strong> el consumo <strong>de</strong> otras sustancias ilegales(Fergusson, Bo<strong>de</strong>n y Horwood, 2008).La existencia en la infancia <strong>de</strong> eventos traumáticos, como pue<strong>de</strong>n ser el abuso físicoo sexual, se asocia con la aparición <strong>de</strong> trastornos mentales, especialmente con <strong>de</strong>presión ytrastorno <strong>de</strong> estrés postraumático, y con el abuso <strong>de</strong> sustancias. Los sujetos que sufrieron en lainfancia alguna experiencia <strong>de</strong> este tipo, tienen un riesgo tres veces mayor <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar una<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia (Kendler, Bulik, Silberg, Hettema, Myers y Prescott, 2000), llegando a ser entresiete y diez veces mayor en caso <strong>de</strong> haber tenido cinco o más experiencias traumáticas (Dube,Felitti, Dong, Chapman, Giles y Anda, 2003). En un reciente análisis <strong>de</strong> los datos <strong>de</strong>l NationalEpi<strong>de</strong>miologic Survey on Alcohol and Related Conditions, en el que se examinó una muestra <strong>de</strong>más <strong>de</strong> 43000 individuos, se encontró que aquellos que habían experimentado en la infanciados o más acontecimientos adversos (divorcio <strong>de</strong> los padres, muerte <strong>de</strong> un padre biológico,vivir con una familia <strong>de</strong> acogida, vivir en una institución) tenían 1,37 veces más probabilida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar una <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia al alcohol que aquellos que sólo habían vivido uno o ninguno(Pilowsky, Keyes y Hasin, 2009).Por último, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l apartado <strong>de</strong> factores psicológicos y conductuales, hay que hacerreferencia a las actitu<strong>de</strong>s hacia el consumo <strong>de</strong> drogas. En este sentido se han encontrado57

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