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MONOGRAFÍA CANNABIs - Asociación Española de Patología Dual

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sión oral <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su contexto o por lo queles llega a través <strong>de</strong> las campañas pro-cannabis.El cannabis está <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> ser hoy unfetiche <strong>de</strong>l mal para convertirse en un fetiche<strong>de</strong>l bien. Ello conduce al alejamiento <strong>de</strong> losparámetros <strong>de</strong> protección y a la no prevención<strong>de</strong> las situaciones <strong>de</strong> riesgo. La nueva<strong>de</strong>finición social <strong>de</strong>l cannabis da lugar acomentarios tan ingenuos como el siguiente:“Los porros son la única droga que me hacesentir bien, la que más se acerca a ti; si eres untrozo <strong>de</strong> pan, aún lo eres más, no aumenta tuego, sólo intensifica tus cualida<strong>de</strong>s” (consumidor<strong>de</strong> 24 años)Creemos firmemente que la legalización ono <strong>de</strong>l cannabis es una <strong>de</strong>cisión que <strong>de</strong>bentomar los ciudadanos, a la vista <strong>de</strong> sus propiascreencias y <strong>de</strong> los datos aportados <strong>de</strong>distinta índole por los técnicos. No obstante,es competencia <strong>de</strong> estos últimos alertarsobre las influencias que tiene en el consumo,especialmente entre los más jóvenes,así como insistir en la baja percepción <strong>de</strong>riesgo que en la actualidad se asocia al consumo<strong>de</strong> esta sustancia, a lo que seguramentecontribuyen estas polémicas siempre queno exista un elemento corrector educativo.Parece lógico pensar que si se crea un climafavorable al consumo <strong>de</strong>l cannabis, el consumo<strong>de</strong> esta sustancia aumente al igual queha ocurrido con el tabaco en décadas anteriores.Y viceversa, si se quiere <strong>de</strong> alguna formacontener el ascenso que ha experimentado elconsumo <strong>de</strong> cannabis durante la última décadahabría que pensar en fórmulas que cambienesta percepción positiva <strong>de</strong>l fenómeno yque actúen sobre el ambiente <strong>de</strong> toleranciasocial. Según lo que se crea o <strong>de</strong>see, sepue<strong>de</strong> hacer presión en uno u otro sentido, yjustamente ése parece ser uno <strong>de</strong> los objetivos<strong>de</strong> la cultura pro-cannabis.En la oposición estarían, por ejemplo, laJunta Internacional <strong>de</strong> Fiscalización <strong>de</strong> Estupefacientes(JIFE) o el ‘International NarcoticControl Board’, grupos encargados <strong>de</strong> redactardocumentos para las Naciones Unidas. Enun informe (www.undcp.org.at/incb/) <strong>de</strong> esteúltimo grupo <strong>de</strong> trabajo, se advierte que laprevención <strong>de</strong> las drogas se está volviendouna tarea cada vez más difícil, <strong>de</strong>bido enparte a la rápida y creciente expansión <strong>de</strong>mensajes en el ambiente que promueve eluso <strong>de</strong> estas sustancias. Advierte que el artículo3 <strong>de</strong>l Convenio <strong>de</strong> las Naciones Unidas<strong>de</strong> 1988 hace referencia a la “incitación públicao inducción a otros por cualquier medio...a la utilización ilícita <strong>de</strong> drogas”, solicitando alos partidos políticos que luchen por conseguirque dicha conducta sea consi<strong>de</strong>rada criminalbajo sus leyes nacionales. Asimismo,señala que incluso candidatos al parlamentoeuropeo <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la legalización <strong>de</strong> las drogas,mencionando otras líneas estratégicasempleadas en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l cannabis. Concluyediciendo que “estas campañas políticas<strong>de</strong>ben ser contrastadas con argumentosracionales y con un lenguaje sin ambigüeda<strong>de</strong>sque evi<strong>de</strong>ncie los múltiples problemasque pue<strong>de</strong>n surgir <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scriminalización ylegalización <strong>de</strong> las drogas”. Contra este tipo<strong>de</strong> afirmaciones se alza lógicamente el colectivopro-cannabis. En la revista Cáñamo (20)aparece un artículo titulado “Los guardianes<strong>de</strong> la prohibición” que repasa la biografía <strong>de</strong>cinco miembros <strong>de</strong> la Junta Internacional <strong>de</strong>Fiscalización <strong>de</strong> Estupefacientes (JIFE). El<strong>de</strong>lito que han cometido estos individuos espertenecer al ámbito policial o al ejército, pertenecera países <strong>de</strong> mala reputación y colaboraro haberse formado en alguna organizaciónestadouni<strong>de</strong>nse. Tal como se indica en eltexto en mayúsculas: “Ninguno <strong>de</strong> susmiembros proviene <strong>de</strong> ámbitos técnicos oacadémicos fuera <strong>de</strong> las fuerzas políticas”. ElPaís (10 marzo 1998) también reacciona contraeste informe en un artículo “La ONU <strong>de</strong>safina”,utilizando información <strong>de</strong> los gruposrockeros españoles cuyas letras son <strong>de</strong>fensoras<strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> drogas.Todos esos argumentos reproducen estereotipos<strong>de</strong>valuadores que tienen que ver conel país o la profesión <strong>de</strong> pertenencia. Seguirviendo a la policía como “los malos” y a lostécnicos-científicos como los “buenos” nosólo es absurdo sino irreal. En nuestros paísesno existe en la actualidad una frontera nítidaque divida esas dos, digamos, formas <strong>de</strong>actuar en la sociedad. La policía también está264Estrategias y organización <strong>de</strong> la cultura pro-cannabis

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