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Elon Musk El empresario que anticipa el futuro

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poner en marcha una empresa de telecomunicaciones. Como el proyecto no

atrajo el interés de los inversores de capital riesgo, Wright se unió a Tesla.

Cuando los tres empezaron a contarles sus planes a algunos de sus íntimos,

fueron objeto de burlas. «Nos reunimos con una amiga en un pub de Woodside

para decirle que finalmente habíamos apostado por fabricar un automóvil

eléctrico —recuerda Tarpenning—. “Estáis de broma, ¿no?”, dijo ella.»

A cualquiera que trate de fundar una empresa automovilística en Estados

Unidos se le recuerda de inmediato que el último intento con éxito fue la

creación de Chrysler en 1925. Diseñar y construir un automóvil desde cero

plantea multitud de retos, pero los mayores escollos con los que se han tropezado

quienes lo han intentado han sido la financiación y los conocimientos técnicos

para la producción en masa. Los fundadores de Tesla eran conscientes de

aquello. Con todo, Nikola Tesla había construido un motor eléctrico un siglo

antes, y estaban convencidos de que serían capaces de crear un sistema de

transmisión que enviara la potencia del motor a las ruedas. Lo realmente

aterrador de su proyecto era levantar la fábrica para construir el automóvil y sus

componentes. Sin embargo, cuanto más avanzaban en sus indagaciones, más

claro veían que los gigantes de la industria en realidad ya no construían sus

automóviles. Los tiempos en los que Henry Ford recibía los materiales básicos

en un extremo de su fábrica de Michigan y sacaba los vehículos por el otro eran

definitivamente cosa del pasado. «BMW no fabricaba ya sus parabrisas, ni su

tapicería, ni sus espejos retrovisores —explica Tarpenning—. Lo único que las

grandes firmas habían conservado eran las investigaciones sobre la combustión

interna, los departamentos de ventas y de marketing y el montaje final. Fuimos

tan ingenuos como para pensar que podríamos acceder a los mismos proveedores

para obtener nuestros componentes.»

El plan que se les ocurrió fue solicitar los permisos necesarios para usar

algunos de los componentes tecnológicos que AC Propulsion había empleado en

el tzero y utilizar el chasis del Lotus Elise para la carrocería de su automóvil.

Lotus, el fabricante de automóviles inglés, había lanzado el modelo Elise de dos

puertas en 1996, y sin duda poseía la elegancia y la solvencia necesarias para

atraer a los compradores de automóviles de gama alta. Después de hablar con

varias personas que trabajaban en el mundo de los concesionarios de

automóviles, el equipo de Tesla optó por vender directamente sus autos en lugar

de recurrir a terceros. Una vez tomadas aquellas decisiones, en enero de 2004 los

tres hombres fueron en busca de fondos de capital riesgo.

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