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Elon Musk El empresario que anticipa el futuro

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habitual de hacer negocios. Decía: “En aquella colina hay una fábrica de gas

hilarante, y sus emanaciones se esparcen por todo Silicon Valley”.» Fricker no

sería la única persona que acusaría a Musk de dar demasiado bombo a sus

productos y de jugar con el público, aunque no está claro si eso es un defecto o

una de las grandes virtudes de Musk como hombre de negocios.

El desenlace de las disputas entre Fricker y Musk fue brusco y

desagradable. Apenas cinco meses después de que X.com se hubiera puesto en

marcha, Fricker quiso dar un golpe de mano. «Dijo que o lo nombraban director

general o se llevaría a todo el mundo y crearía su propia empresa —afirma Musk

—. No me gustan los chantajes. Le dije: “Adelante, hazlo”. Y lo hizo.» Musk

trató de convencer a Ho y a algunos de los ingenieros más valiosos para que se

quedaran, pero estaban de acuerdo con Fricker y se marcharon. Musk acabó con

el armazón de una empresa entre las manos y un puñado de empleados leales.

«Después de todo lo que pasó, recuerdo que un día estaba sentada en el despacho

de Elon —cuenta Julie Ankenbrandt, una antigua empleada de X.com que

decidió quedarse—. Había un millón de leyes para impedir que algo como

X.com prosperase, pero a Elon le daba igual. Me miró y me dijo: “Creo que

deberíamos contratar más personal”.» 2

Musk había intentado obtener fondos para X.com y se había visto forzado a

acudir a inversores de capital riesgo y confesar que no quedaba mucho de la

empresa. Pese a todo, Mike Moritz, un famoso inversor de Sequoia Capital,

respaldó la compañía, apostando por Musk y poco más. Musk volvió a salir a las

calles de Silicon Valley y logró atraer a ingenieros con sus discursos entusiastas

sobre el futuro de la banca en internet. Scott Anderson, un joven informático,

empezó a trabajar en la empresa el 1 de agosto de 1999, pocos días después del

éxodo, y desde el principio creyó en ella. «En retrospectiva, hay que reconocer

que era una completa locura —dice Anderson—. No teníamos más que el

decorado de Hollywood de una página web. Conseguimos interesar por los pelos

a los inversores de capital riesgo.»

Semana tras semana iban llegando los ingenieros y la visión se hizo cada

vez más sólida. La empresa consiguió una licencia bancaria y una licencia de

fondo de inversión inmobiliaria, y se asoció con Barclays. En noviembre, el

pequeño equipo de programadores informáticos de X.com había creado uno de

los primeros bancos virtuales, había logrado un acuerdo con la Federal Deposit

Insurance Corporation para respaldar las cuentas bancarias y ofrecía tres fondos

de inversión inmobiliaria para que escogieran los inversores. Musk entregó a los

ingenieros cien mil dólares de su propio bolsillo para que realizaran las pruebas

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