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Elon Musk El empresario que anticipa el futuro

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Por un lado está la internet espacial, que sigue siendo un trabajo en curso.

Desde cualquier punto de vista, la OneWeb de Wyler va muy por detrás de

SpaceX en la tarea de construir y poner en órbita esos satélites minúsculos, y

Samsung ha decidido que también le gustaría construir una internet espacial. Lo

que SpaceX tiene a favor es que Tom Mueller, su genial diseñador de motores de

cohetes, se ha implicado en el proyecto de los satélites, y el historial de Mueller

en la construcción de mecanismos complicados está a la altura de los mejores

ingenieros en activo.

En cuanto al Hyperloop, SpaceX patrocinó en 2016 un concurso de diseño

que gozó de buena recepción; lo ganaron unos estudiantes del MIT. Varios

equipos universitarios tendrán la oportunidad de probar sus diseños de cápsulas

en una pista de pruebas construida por SpaceX. Lo más interesante es que un par

de empresas emergentes californianas ha realizado avances importantes por

cuenta propia en la fabricación de prototipos. Se habla de construir un

Hyperloop completamente funcional para el año 2020, y se debate la posibilidad

de utilizar esta tecnología no solo para transportar a personas entre ciudades,

sino también para llevar mercancías cruzando los océanos. Aún ignoramos si la

idea del Hyperloop funcionará o si tendrá una relación coste/beneficio rentable,

pero parece que lo descubriremos. Poca gente habría apostado por ello la

primera vez que Musk mencionó la idea.

SpaceX sufrió una catástrofe en junio de 2015, cuando uno de sus cohetes

explotó en las primeras etapas de una misión realizada en nombre de la NASA

para transportar suministros a la Estación Espacial Internacional. SpaceX tenía

en su haber un sólido historial de lanzamientos realizados con éxito, y la

explosión amenazó con dar la razón a los que criticaban a la compañía: avanzaba

demasiado deprisa, se arriesgaba demasiado y sus procedimientos de control

eran descuidados. Sin embargo, SpaceX regresó a todo gas tras una pausa de

algunos meses para analizar el accidente. La empresa empezó a estar a la altura

de las expectativas de Musk en 2016 y lanzaba cohetes casi cada mes, en algunas

ocasiones con solo tres semanas de diferencia de un despegue al siguiente.

Además consiguió algo espectacular: el aterrizaje del cuerpo principal de los

cohetes se convirtió en un procedimiento habitual, abriendo el camino al empleo

de cohetes reutilizables; esto podría cambiar completamente la rentabilidad de la

industria aeroespacial.

A la empresa le va bien, y Musk empezó a hablar más abiertamente de las

esperanzas que depositaba en Marte. Declaró en algunas entrevistas que SpaceX

comenzaría a realizar misiones no tripuladas al Planeta Rojo para el año 2018, y

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