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Elon Musk El empresario que anticipa el futuro

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transformaba en un lugar de trabajo —escribió Justine en un artículo—. Íbamos

a actos para recaudar fondos vestidos de etiqueta y nos daban las mejores mesas

en los clubs de élite de Hollywood, donde nos codeábamos con Paris Hilton y

Leonardo DiCaprio. Cuando Larry Page, el cofundador de Google, se casó en la

isla caribeña privada de Richard Branson, estábamos allí, divirtiéndonos en una

villa con John Cusack y viendo posar a Bono junto a enjambres de mujeres a las

puertas de la carpa.»

A Justine parecía gustarle su nuevo estatus incluso más que a Musk.

Además de escribir novelas ciencia ficción, redactaba un blog que detallaba la

vida familiar de la pareja y sus aventuras en la ciudad. En una entrada, Justine

contaba que si Musk tuviera que elegir entre Veronica y Betty, dos personajes

femeninos de un cómic titulado Archie, preferiría acostarse con la primera, y que

a su marido algún día le gustaría visitar algún local de Chuck E. Cheese, una

cadena de centros de entretenimiento para toda la familia. En otra anotación

escribió que se había encontrado con Leonardo DiCaprio en un club y que había

hecho que le suplicara para obtener un Tesla Roadster gratuito, a lo que

finalmente se había negado. Justine puso apodos a los personajes que solían

aparecer en el blog, de modo que Bill Lee se convirtió en «Bill, el Tipo del

Hotel», porque era dueño de un hotel en la República Dominicana, y Joe Francis

en «El Vecino Infame». Es difícil imaginar a Musk, un hombre tan reservado,

saliendo con alguien tan ostentoso como Francis, pero lo cierto es que se

llevaban bien. Cuando Francis alquiló un parque de diversiones para su

cumpleaños, Musk asistió al acto y terminó la fiesta en la casa de Francis.

Justine escribió: «E. estuvo allí un rato, pero admitió que le había parecido “un

poco aburrido”. Ya ha estado en un par de fiestas en casa del Vecino Infame y al

final se siente cohibido, “porque siempre deambulan por ahí esa clase de tipos

desaliñados a los que únicamente le interesan las chicas y no quiero que me vean

como uno de ellos”». Cuando Francis quiso comprar un Roadster, se acercó a la

casa de los Musk y les entregó un sobre amarillo con cien mil dólares en

efectivo.

Durante cierto tiempo, el blog ofreció una imagen singular y bienvenida

sobre la vida de un director de empresa poco convencional. Musk parecía un tipo

encantador. El público se enteró de que le había comprado a Justine una edición

decimonónica de Orgullo y prejuicio, de que los mejores amigos de Musk le

apodaban «Elonius» y de que a Musk le gustaba apostar un dólar en toda clase

de cosas —¿puedes coger un herpes en la Gran Barrera de Coral?, ¿es posible

mantener en equilibrio dos tenedores con un palillo de dientes?— cuando sabía

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