04.08.2020 Views

Elon Musk El empresario que anticipa el futuro

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

otra persona al día en el proyecto. Simplemente trabaja, trabaja y trabaja. El

empleado ideal de SpaceX es alguien como Steve Davis, el director de proyectos

avanzados. «Ha estado trabajando dieciséis horas al día durante años —dice

Brogan—. Consigue hacer más cosas que once personas trabajando en equipo.»

Para encontrar a Davis, Musk telefoneó a Michael Colonno, un profesor

auxiliar del departamento de aeronáutica de Stanford, y le preguntó si había

algún estudiante de doctorado o de máster inteligente y trabajador que no tuviera

familia. El profesor le habló de Davis, ocupado en un máster en ingeniería

aeroespacial que sumaría a sus titulaciones en finanzas, ingeniería mecánica y

física de partículas. Musk llamó a Davis un miércoles y le ofreció trabajo el

viernes. Fue el empleado número 22 que contrató SpaceX, y ha acabado siendo

la duodécima persona en orden de antigüedad que aún sigue en la empresa.

Cumplió treinta y cinco años en 2014.

Davis se ganó sus galones en Kwaj, durante lo que él mismo considera la

mejor época de su vida. «Cada noche podías dormir junto al cohete en una tienda

de campaña en la que las lagartijas reptaban por encima de ti o podías realizar el

mareante trayecto de una hora en barco hasta la isla principal —cuenta—. Cada

noche tenías que elegir entre el dolor que sería más fácil olvidar. Acababas febril

y agotado. Era simplemente maravilloso.» Después de trabajar en el Falcon 1,

Davis pasó al Falcon 9 y después a la cápsula Dragon.

SpaceX tardó cuatro años en diseñar la Dragon. Es probablemente el

proyecto de su clase llevado a cabo con más rapidez en toda la historia de la

industria aeroespacial. Nació gracias a Musk y un puñado de ingenieros, la

mayoría de menos de treinta años, y en su momento culminante llegó a ocupar a

cien personas. 5 Copiaron trabajos de cápsulas anteriores y leyeron todos los

artículos publicados por la NASA y otros organismos aeronáuticos sobre

programas espaciales como el Géminis y el Apolo. «Si buscas algo como el

algoritmo de guía de reentrada del Apolo, están esas excelentes bases de datos

que, sencillamente, te dan la respuesta sin más», explica Davis. A continuación,

los ingenieros de SpaceX tuvieron que descubrir cómo depurar esos trabajos del

pasado y traer la cápsula a los tiempos modernos. Algunas de las cosas que

podían mejorarse eran evidentes y se logró hacerlo con facilidad, mientras que

otras requerían algo más de ingenio. El Saturno 5 y el Apolo tienen inmensas

plataformas de computación que solo proporcionan una fracción de la potencia

de cálculo que ofrece en la actualidad un iPad, por ejemplo. Los ingenieros de

SpaceX sabían que podían ahorrar un montón de espacio retirando algunos de

los ordenadores, a la vez que añadían capacidades con el equipo actual más

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!