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Elon Musk El empresario que anticipa el futuro

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De todas formas, sus entrañas son solo una parte de lo que hace destacar al

Modelo S. Musk también quería que el aspecto externo fuera una declaración de

intenciones. Sería un turismo, cierto, pero sería un turismo sexy. Sería

confortable y lujoso y sin ninguna de las concesiones que Tesla se había visto

obligada a hacer con el Roadster. Para dar a luz aquel vehículo hermoso y

funcional, Musk contrató a Henrik Fisker, un diseñador de automóviles famoso

por su trabajo en Aston Martin.

En primer lugar, Tesla le reveló a Fisker sus planes sobre el Modelo S en

2007. Le pidió que diseñara una berlina de cuatro puertas de líneas elegantes que

costaría entre 50.000 y 70.000 dólares. En aquel momento, la empresa apenas

podía fabricar los Roadster y desconocía si aquel sistema de propulsión

completamente eléctrico soportaría el paso del tiempo. Pero Musk se negó a

esperar para descubrirlo. Quería lanzar el Modelo S a finales de 2009 o

principios de 2010 y necesitaba que Fisker trabajase deprisa. El diseñador tenía

una reputación de amante de lo espectacular, y había producido algunos de los

diseños de automóviles más deslumbrantes en la década anterior, no solo para

Aston Martin sino también para versiones especiales de vehículos de BMW y

Mercedes-Benz.

Fisker tenía un estudio en Orange County (California), y Musk y otros

ejecutivos de Tesla se reunieron allí con él para repasar sus diversos enfoques del

Modelo S. El entusiasmo disminuía a cada visita. Los diseños de apariencia

pesada de Fisker desconcertaban al equipo de Tesla. «Algunos de los diseños

iniciales parecían un huevo gigante —cuenta Ron Lloyd, el entonces

vicepresidente del proyecto WhiteStar —. Eran horribles.» Cuando Musk retiró

su propuesta, Fisker echó la culpa a las limitaciones físicas que Tesla había

impuesto para el Modelo S. «Dijo que no le dejaban hacer un automóvil sexy»,

señala Lloyd. Fisker probó un par de enfoques diferentes y mostró a Musk y su

equipo algunos modelos en gomaespuma para que los estudiasen. «Le decíamos

todo el tiempo que no eran adecuados», recuerda Lloyd.

No mucho después de aquellas reuniones, Fisker puso en marcha su propia

empresa —Fisker Automotive— y en 2008 presentó el Fisker Karma, un modelo

híbrido. Era una berlina de lujo que parecía el tipo de auto que Batman usaría

para dar una vuelta los fines de semana. Con sus líneas alargadas y sus bordes

marcados, era un vehículo no solo impresionante, sino también muy original.

«Pronto quedó claro que había intentado hacernos la competencia», explica

Lloyd. Cuando Musk estudió la situación, descubrió que Fisker llevaba algún

tiempo intentando vender su idea de crear una empresa automovilística a varios

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