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Huasca y Serena volvieron al pueblo, y Serena escribió<br />
a un periodista amigo suyo, de quien tomamos <strong>los</strong><br />
datos para este resumen.<br />
Cuando <strong>los</strong> tres terrícolas (Huasca, Serena y Román)<br />
llegaron al observatorio (pasaremos por alto <strong>los</strong> trámites)<br />
era noche cerrada y hacía un frío muy intenso.<br />
Huasca hizo fuego con unas bostas y ramitas que había<br />
llevado del pueblo, y el fuego (o quizás el humo) espantó<br />
a <strong>los</strong> extraños visitantes.<br />
La mañana siguiente la boca principal de La Caverna<br />
estaba cerrada por completo, como si así lo hubiera<br />
hecho la Naturaleza millones de años antes. Ninguna<br />
huella, tampoco, de acción mecánica.<br />
El zumbido había cesado, pero esa noche, las oscuras<br />
y ágiles criaturas salieron de nuevo (Román contó<br />
unas siete) y parecían extremadamente agitadas. Se desplegaban,<br />
concertadamente, en varias direcciones y<br />
reconvergían en el mismo punto. Román prohibió volver<br />
a encender la candela.<br />
Los visitantes seguían emitiendo aquel crujir seco de<br />
insecto. Huasca creyó sentir también cierto aroma desconocido<br />
y enervante.<br />
Los tres terrícolas tomaron entonces muchas precauciones.<br />
Iban vestidos como esquimales, para resistir la<br />
temperatura de las alturas. Los primeros días Román<br />
sufrió de mareos. Vivían de raciones “K”, y carne de<br />
bote, que dejaron colocadas a interva<strong>los</strong> estratégicos sobre<br />
su ruta. También tenían un catalejo y un radio portátil,<br />
receptor y transmisor.<br />
Durante tres días y tres noches más no se produjo<br />
nada nuevo. Sólo aquel extraño zumbido en la entraña<br />
de la roca y algunos movimientos furtivos en la oscuridad,<br />
menos conspicuos que las noches primeras. Román<br />
se acercó entonces, con su anteojo, por un rodeo a uno<br />
de <strong>los</strong> flancos de La Caverna, y hacia el atardecer presenció<br />
algo que lo dejó perplejo. La roca tenía también<br />
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