09.05.2013 Views

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Volvió a sacudirla, ahora aún más brutalmente; la<br />

empujó contra el declive, la tiró, se le fue encima, Demetrio<br />

era un hombre poderoso.<br />

Cuando yo volví a casa tío Pablo estaba en el portalito,<br />

sentado. No me preguntó nada y yo no le dije nada. Yo<br />

volví a salir y llegué hasta donde estaba amarrada la<br />

vaca al borde del caminito por donde debía venir tía<br />

Aurelia y esperé. Pero ella no vino esa noche por este<br />

camino, y cuando regresé a casa algún tiempo después,<br />

ella había entrado por la puerta posterior y estaba preparando<br />

la comida. Yo volví a salir, y me llegué hasta el<br />

túnel, pero Demetrio se había ido, y sólo encontré el<br />

paquete que tía Aurelia había dejado abandonado con<br />

el vestido y lo traje. Al volver me fijé en tía Aurelia, pero<br />

no dije nada. Estaba tan colorada, que las gotas de sudor<br />

parecían de sangre, pero puso la luz brillante allá<br />

atrás y tío Pablo parecía ensimismado y no se fijó en<br />

ella. Ahora no parecía ya fijarse en nada. Las noticias<br />

iban siendo demasiado grandes.<br />

Aquella tarde, mientras tía Aurelia y Demetrio estaban<br />

todavía en el túnel, tío Pablo se había sentado en el<br />

portalito con <strong>los</strong> pies colgando sobre el camino y un fajo<br />

de periódicos sobre las rodillas. No había luz para leer<strong>los</strong><br />

y él ni siquiera <strong>los</strong> había abierto. Pero su mismo<br />

peso era una noticia: eran muchos periódicos.<br />

Los periódicos florecían ahora como papalotes. Venían<br />

en hojas sueltas y en varios colores y a todas horas.<br />

Algunos eran nuevos: habían nacido estos días, para<br />

dar, en letras enormes, las mismas noticias. Estas eran<br />

ya también enormes. Todos <strong>los</strong> que subían a mediodía<br />

y por la tarde del paradero traían alguno. Otros mandaban<br />

<strong>los</strong> fiñes al paradero a comprar<strong>los</strong> a media mañana<br />

y media tarde. Todo era lo mismo, pero era grande. Monet<br />

mandaba a tío Pablo también nuevos periódicos, fajados,<br />

con un propio. Tío Pablo <strong>los</strong> abría, por las mañanas,<br />

entre las flores, <strong>los</strong> rompía en pedazos, <strong>los</strong> quemaba<br />

151

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!