You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
mismos y daban vueltas como trompos. Los únicos que<br />
no aspavientaban eran <strong>los</strong> bodegueros. Sus máscaras<br />
no decían nada. La gente estaba ahora demasiado alborozada<br />
para pararse a pensar qué habría detrás de la<br />
máscara. Hasta Monet se había olvidado de todo; brincaba,<br />
rolaba, sacudía su grasa, poniendo más y más<br />
guata a <strong>los</strong> cintil<strong>los</strong>. Ahora cada uno era parte del gran<br />
suceso y todos gritaban con <strong>los</strong> titulares:<br />
¡Victoria! ¡Victoria!<br />
Yo también había estado en eso. A veces <strong>los</strong> niños<br />
jugábamos en el placer o <strong>los</strong> matorrales a <strong>los</strong> Aliados y<br />
<strong>los</strong> alemanes, pero como mi tío era “Alemán”, yo por<br />
compensación, jugaba a ser “Aliado”. Así que no podía<br />
ser parte ahora de <strong>los</strong> que corrían a caza de <strong>los</strong> alemanes<br />
(porque mi tío era Alemán) y tampoco de <strong>los</strong> cazados.<br />
Ahora no era de ninguno. Quizás como Demetrio.<br />
Volviendo a casa pasé junto al jardín y vi a tío Pablo<br />
todavía al otro lado junto al portillo mirando al monte.<br />
Estaba de pie, inmóvil, como un espantapájaros. El sol<br />
de la tarde le daba en la cara. El sol parecía dar ahora<br />
en la cara de todas las cosas.<br />
Yo entré en la casa y miré por la ventana. Desde allí<br />
veía aún a tío Pablo clavado al otro lado, sin moverse.<br />
Por la misma ventana vi asomar entonces a Demetrio a<br />
la puerta de su bajareque, con las manos en el cinto.<br />
Su sombrero se movió a la derecha e izquierda, como<br />
oteando; luego bajó al caminito que, a través del túnel,<br />
venía a dar al portillo del jardín donde esperaba tío Pablo.<br />
Demetrio venía despacio, como pensando. Pero yo<br />
presentí algo y corrí hacia tío Pablo.<br />
Iba yo todavía corriendo cuando Demetrio estaba ya<br />
ante el portillo mirando a tío Pablo. Este no se movió.<br />
Sólo dando la vuelta y mirando a su cara pude cerciorarme<br />
de que estaba vivo —no muerto de pie en el surco<br />
entre <strong>los</strong> gladio<strong>los</strong>. Yo me agaché en el surco, pero tío<br />
Pablo me sintió y se volvió un instante, mientras Demetrio<br />
156