Angusola y los cuchillos

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Prólogo/ 5 La furnia/ 28 Un hombre arruinado/ 33 Vida y muerte de Pablo triste/ 37 El flautista/ 43 El bejuco/ 46 El comisario ciego/ 64 No pasa nada/ 71 El primer almirante/ 86 La selenita/ 106 Ojos de oro/ 122 El día de la victoria/ 137 La imagen que yo recuerdo/ 159 Angusola y los cuchillos/ 166 El cuarto de morir/ 186 Mi hermana Laurita y nosotros/ 200 Historias de tres días/ 206 Mi prima Candita/ 216 Índice
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Editorial Oriente ANGUSOLA Y LOS CU
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ANGUSOLA ANGUSOLA Y Y LOS LOS CUCHI
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Prólogo A diecisiete cuentos de Li
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todo lo contrario, de una manera es
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mediados de la década del 50 en la
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para conversar y viejas beatas que
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ciento vive para tirar piedras, mie
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—realismo, paisaje, el hombre mis
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del tiempo. Por otra parte, el ámb
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fidelidad”. 22 A propósito de la
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ealidad mediante la emoción. Creo
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su libro citado, pero que en modo a
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Al contestar a una investigadora no
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tiempo no muy lejano ya no podrán
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una palabra política, en la que na
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trecho que conducía a la loma, en
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Un hombre arruinado Una ese gigante
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las congestiones del crédito. (La
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Vida y muerte de Pablo triste Infan
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Los veinticinco Han pasado como una
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La crisis Pablo está en la trastie
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El flautista El hermano mayor era a
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descalza, y palpando sobre el apara
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algún rito. Era un batir lúgubre
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calma. Sólo se oía el tambor leja
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ejemplo. El ejemplo de un ladrón,
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no tenía miedo a mis retadores, ni
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dicho más tarde que el fugitivo no
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podido ir, meterme por medio, y qui
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me permitía sobreponerme al agotam
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locura había ido envolviendo al ho
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vagamente. Por fin, al cabo de una
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con la noche. Rasgaban, en dos part
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El aire silbó en las hojas de los
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tinieblas más densas. Tenía los o
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I No pasa nada Nadie sabía quién
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—El sargento tiene a esa muchacha
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IV Nadie supo por de pronto de dón
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porque tenía sangre india, pero t
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cornetín, maracas, güiro, claves
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VIII A la mañana siguiente se come
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Alma se replegó en sí misma. Abri
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si supieras… Ah, Pogolotti es ver
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sas. Necesita una marina de guerra,
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vapor español Monctezuma de la tra
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—Si ves a mi marido dale recuerdo
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del cabo Gracias a Dios. El Césped
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durante la noche dio vueltas en el
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no sabía más. Cuando Morey volvi
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ella iba Rafael Quesada todo alboro
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—Me pregunto dónde estarán Vigo
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—Las gaviotas —repitió Prado
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—Déjalos que descansen —repiti
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“lugar de los hechos”) descubri
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por el costado una boca grande y de
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pieza a irse o a venir el agua) mez
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Huasca y Serena habían visto a Rom
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Román y Serena habían tenido tiem
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Mientras Serena dibujaba, Román tr
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menor rastro. Ella seguía braceand
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Un instante después estaba sobre e
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Más bien podía ser sobra de imagi
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Dos personas había en el mundo que
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sucedido. Todavía no podía compre
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nombre del proscrito. Y entonces, a
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llevarlo a todas partes, o a ningun
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impelía, era bastante. Eran los ho
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Tenía conciencia (o quizás ilusi
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El día de la victoria Tan pronto e
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compraban periódicos y, por las ta
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gallos, con un ayudante llamado Cun
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algunos habían muerto y otros esta
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terreno tan bien aprovechado. La ge
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preguntaban a tío Pablo, cuál era
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Por mucho tiempo se habló en el Re
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Volvió a sacudirla, ahora aún má
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Aurelia, ni a nadie. Se había llev
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papel. Por encima pudo ver al bodeg
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se le acercaba lentamente. Luego se
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La imagen que yo recuerdo Mi Viejo
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donde, de día, los niños jugábam
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todo en orden y su ropa y su pelo,
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salía en ese instante de su cuarto
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mameyes y sandías, cortar plátano
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mocha que brillaba al sol de la ma
Page 171 and 172: horas furtivas, y Sofonsiva no se a
Page 173 and 174: poco: unos cinco, otros diez, pocos
Page 175 and 176: Sofonsiva viró como movida por una
Page 177 and 178: cabeza de santo del tenedor de libr
Page 179 and 180: episa. Un minuto después los estab
Page 181 and 182: Esa tarde Angusola apareció brevem
Page 183 and 184: prolongando la tarea. Cuando, al fi
Page 185 and 186: yo me estoy todavía preguntando qu
Page 187 and 188: Era humano. Anselma era su madre. R
Page 189 and 190: Empezaban a rechazarla. Quizás ell
Page 191 and 192: egreso, a la hora de la comida, le
Page 193 and 194: Lo dijo a gritos. Lelia exclamó
Page 195 and 196: enqueando hacia su cuarto, cerró y
Page 197 and 198: su callosidad para acusarlo. Quizá
Page 199 and 200: Se acercó un poco, miró con ojos
Page 201 and 202: Hacía tiempo que mamá no cosía.
Page 203 and 204: —Tú puedes irte, Caruca. Hoy yo
Page 205 and 206: Pero ellos sabían que no habría c
Page 207 and 208: tinte verdoso de la piel era más f
Page 209 and 210: —Te voy a decir un secreto (y ant
Page 211 and 212: III Pasó fuera el día y la noche.
Page 213 and 214: fui aplacando. Me incorporé, me se
Page 215 and 216: Hubo otra pausa. Yo bajé los párp
Page 217 and 218: supimos que tenía un fotingo y que
Page 219 and 220: —¡Óyeme bien! Tú eres varón.
Page 221: Elvira estaba nerviosa: temblaba, l
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