You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Esta seguía mirando al aire. Había empezado a ponerse<br />
triste. Había empezado a pensar. Caruca me dijo:<br />
—Esta niña sabe mucho. Demasiado. No debieran<br />
mandarla a la escuela.<br />
Caruca me hablaba a veces así, como a <strong>los</strong> mayores.<br />
Sabía que yo iría luego a <strong>los</strong> viejos y les repetiría sus<br />
palabras. Así que yo era como un disco, donde ella ponía<br />
el mensaje.<br />
—Se ha empezado a fijar en <strong>los</strong> otros niños. Sabe que<br />
Lurditas es de su edad, y mucho más alta. Sabe que<br />
ella no es como <strong>los</strong> demás niños, y empieza a preguntarse<br />
quién tiene la culpa y quién podrá remediarlo. Un<br />
día se lo dirá a tu viejo. Le pedirá que la haga linda y<br />
fuerte como Lurditas.<br />
Yo había oído hablar sola a mamá, como rezando.<br />
Sabía que era eso lo que pensaba y lo que más temía en<br />
el mundo. Una vez había dicho: “Dios no quiera que<br />
nunca se dé cuenta. A Él se lo pido, que no llegue a<br />
enterarse. Que no llegue hasta dónde pueda saberlo”.<br />
Fue entonces cuando el viejo empezó a hablar gritando,<br />
por donde iba, y luego a caer, junto con ella, en<br />
aquel<strong>los</strong> silencios. Y fue también cuando ella se fue un<br />
domingo hasta la iglesia y no entró. Caruca lo contaba<br />
a las vecinas.<br />
No sé qué me pasa —había dicho mi vieja—. Quisiera<br />
entrar, acercarme a Él, de rodillas, pero no puedo. No<br />
sé por qué. Me parece un delito. Es como si fuera a<br />
robar, disfrazada, a una casa.<br />
Caruca había visto al viejo, un domingo, hacer lo mismo.<br />
La negra le había aconsejado que fuera a la iglesia.<br />
Pero él iba, se acercaba, cerraba un momento <strong>los</strong> ojos,<br />
iba a entrar, como en zambullida. Entonces viraba, doblaba,<br />
se iba, medio agachado, a lo largo del muro.<br />
—¡Pobre gente! —dijo Caruca. —Con todo tropiezan,<br />
y en todo se enredan. ¡Pobre gente!<br />
Pero este domingo no habían ido a la iglesia. Mamá<br />
vino pronto, le dijo a Caruca:<br />
202