09.05.2013 Views

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

dicho más tarde que el fugitivo no era la clase de memo<br />

que el<strong>los</strong> suponían. Entonces habrán creído que si hui<br />

fue, no por miedo, sino por ahorrar un disgusto a mi<br />

familia. Y me habrán fichado como uno de esos bandidos<br />

sentimentales en que abundan las décimas. Todos<br />

errores. Hui porque, en aquel entonces, me sentía materialmente<br />

incapaz de hacer frente al vecindario. A mis<br />

ojos no había subido aún el color blanco, el color que<br />

mata. No se había dado el motivo. El joven que me desafiaba<br />

tenía un aspecto repelente. Era rubio y vulgar, cosas<br />

que no invitan al verdadero criminal. Porque también<br />

en esto hay cierto arte, cierta inspiración, cierto...<br />

(Me miró fijamente a la garganta y sus dedos, alargados<br />

por la sombra, se movieron sobre sus rodillas como<br />

si tocaran un instrumento imaginario. Instintivamente<br />

yo me había echado un poco para atrás y mi figura,<br />

débil y paliducha, debió de sugerirle la de un avechucho<br />

abatido por el calor. Nuestros alientos era lo único<br />

audible en aquella calma, sólo rota de vez en vez por la<br />

reanudación del tambor lejano y el rumor de <strong>los</strong> cantos<br />

negros acompañados de acordeón. Sus labios se abrieron<br />

de nuevo y la fila de dientes me pareció más cruel y<br />

terrible que nunca:)<br />

—Te voy a contar cómo fue todo aquello y cómo vine a<br />

conocer que realmente yo no era un cobarde. Fue en La<br />

Habana, a <strong>los</strong> pocos meses de haber salido de estos<br />

lugares. El hombre de una agencia me llevó a un hotel,<br />

donde quedé empleado para barrer, hacer mandados y<br />

demás. Esas cosas. En aquella casa, rodeado de gente<br />

que no sabía nada de mi pasado, ni les interesaba, me<br />

sentía aliviado del remordimiento que me producía el<br />

pensar en lo ocurrido. La dueña era una española bajita<br />

y redonda como una manzana. Desde el comienzo<br />

me trató con bastante consideración, aunque no sé por<br />

qué, pues no era ese su comportamiento con <strong>los</strong> demás<br />

empleados. Tal vez porque el<strong>los</strong> eran paisanos suyos y<br />

55

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!