09.05.2013 Views

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Era humano. Anselma era su madre. Romu, el hermano,<br />

había parecido adverso, pero no se había atrevido a<br />

oponerse, abiertamente, al proyecto. También era su<br />

madre. Anselma era vieja y uno que había venido del<br />

pueblo había dicho que estaba enferma. Felicia tampoco<br />

se había opuesto. También ella era nuera. Y ambos<br />

hermanos habían prosperado últimamente. No mucho.<br />

Romu siempre iba delante. Tenía más éxito. Tenía más<br />

chispa. Era más frío, boyante y desprendido. Los dos<br />

eran gente de puestos; pero en esto Romu iba siempre<br />

por encima de Floro. Pero este tenía otros méritos, o <strong>los</strong><br />

fabricaba. Por ejemplo, esto de traer a la vieja, demostrando<br />

así que era mejor hijo que Romu. A Lelia le dolía<br />

quitarle el cuarto a Ligita, aunque tenía novio, pero ella<br />

era la nuera.<br />

Y las nueras tienen que ser muy buenas para no ser<br />

malas.<br />

Anselma estaba contenta y deslumbrada. Lelia era<br />

amable, y lo mismo Felicia; y Floro y Romualdo eran<br />

sus hijos. No tenían que estar demostrando a cada paso<br />

su cariño. Romualdo contribuía con algo; Anselma le<br />

había visto dar dinero a Lelia. Ligia seguía juyuya y<br />

arisca: la edad nuevamente. A veces se burlaba. Empezó<br />

con puyas hirientes sobre su vestido y las medallas y<br />

el rosario de grandes cuentas con que había ido a la<br />

iglesia. Era una bijirita. Alegraba la casa. Y el padre<br />

estaba bobito con ella. Lo que se dice bobito con la hija.<br />

Floro había prosperado también en <strong>los</strong> últimos meses.<br />

Esperaba seguir subiendo, pero a él todo le costaba<br />

mucho más trabajo que a Romu. Quizás por eso creía<br />

en cábalas y espíritus y santería. No lo decía, pero el<br />

propio Romu y Felicia lo sabían y Romu se reía. Romu<br />

subía como la espuma sin esfuerzo, pero a él todo le era<br />

difícil. Con todo iba subiendo. Los dos hermanos nunca<br />

se habían querido. Se hablaban, se aguantaban; eso<br />

era todo. En el fondo, corría un agua espesa y oscura<br />

187

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!