09.05.2013 Views

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

Angusola y los cuchillos

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

zona batida, con la primera escuadra, y sintió una picada<br />

en un hombro. Se palpó con la mano y notó sangre.<br />

Dos hombres cayeron a su lado y uno más emitió, a<br />

su espalda, un quejido animal.<br />

La escuadra había avanzado cien metros en la zona<br />

abatida. Los demás demoraban. Abajo se oían voces de<br />

mando irritadas. Algunas granadas de artillería caían<br />

de rastrilleo. Otros dos heridos de la segunda escuadra<br />

rodaron por el precipicio. El mulo de las municiones se<br />

desprendió tras el<strong>los</strong>, como una roca. Horma volvió sobre<br />

<strong>los</strong> rezagados, animándo<strong>los</strong> a subir. Fue de escalón<br />

en escalón, hasta el capitán.<br />

—Esto va muy lento —dijo el comisario—. Nos va a coger<br />

el día. Vamos a dar tiempo a que les lleguen refuerzos.<br />

Corrió de derecha a izquierda, animando a cada oficial,<br />

a cada sargento. Los hombres daban unos pasos,<br />

agachados, y se dejaban caer vientre a tierra. A cada<br />

salto, caían algunos antes que <strong>los</strong> otros y ya no se levantaban.<br />

Los camilleros <strong>los</strong> arrastraban cuesta abajo.<br />

El comisario se movía entre el<strong>los</strong>. Se ponía a la cabeza<br />

de un grupo y lo llevaba algunos metros loma arriba.<br />

Luego volvía por otro grupo. Los hombres subían como<br />

enganchados a su palabra y a su ejemplo. Pero cuando<br />

<strong>los</strong> dejaba, <strong>los</strong> soldados se volvían a desplomar. Horma<br />

aparecía acarreando cuerpos inanimados hacia la cresta,<br />

entre las balas.<br />

Un obús estalló en medio del pelotón que le seguía.<br />

Quedaron en torno al comisario fragmentos de hombres<br />

y de roca. Él se sintió hundir en la tierra; se sintió<br />

apedreado, abofeteado, cubierto de tierra. En su alrededor<br />

se oían quejas que parecían venir de lejos. Se<br />

pasó la mano por la frente, requirió cada uno de sus<br />

miembros y notó que no le faltaba ninguno, pero <strong>los</strong><br />

pies <strong>los</strong> tenía aprisionados. Al tocarse la cara notó que<br />

le manaba sangre de <strong>los</strong> oídos y de la nariz.<br />

Abrió <strong>los</strong> ojos. Luego se tocó <strong>los</strong> párpados, se <strong>los</strong> levantó<br />

con <strong>los</strong> dedos. De pronto el mundo se había cubierto de<br />

68

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!