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Angusola y los cuchillos

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De repente Demetrio se desprendió del costado del<br />

túnel. Su figura grande y desgarbada ocupaba casi todo<br />

el espacio. Yo vi venir a tía Aurelia por entre sus piernas<br />

y por debajo de sus brazos algo separados del cuerpo,<br />

como para hacer algo. Ella venía distraída; y no lo<br />

vio hasta que estaba junto a él.<br />

Tía Aurelia sofocó un gritico pero él le habló en seguida<br />

suavemente, con voz baja.<br />

—No tengas miedo —le dijo. —Soy yo, Demetrio.<br />

Dio dos pasos hacia ella. Tía Aurelia pareció un instante<br />

paralizada, muda, hipnotizada. Dejó caer el paquete<br />

del vestido que traía en la mano. Demetrio la cogió<br />

por un brazo y la atrajo suavemente hacia sí. Ella hizo<br />

un movimiento por zafarse, luego quedó de nuevo paralizada.<br />

Los brazos de Demetrio empezaron a envolverla<br />

como enormes culebras.<br />

Todavía tía Aurelia no hacía gran esfuerzo por zafarse.<br />

Parecía aturdida y fascinada, y emitía unos sonidos<br />

mixtos, entre gruñidos y cacareo. Demetrio la ocultó casi<br />

toda con su cuerpo, la viró un poco, de modo que yo <strong>los</strong><br />

veía ahora de lado. Sus manos empezaron a andar por<br />

ella. Demetrio había echado el busto hacia atrás, separando<br />

las piernas, ciñéndola con su brazo contra su<br />

centro. Todavía tía Aurelia estaba cacareando por lo bajo.<br />

Pero entonces él la llevó contra el declive, al borde del<br />

túnel, y empezó a presionarla fuertemente hacia abajo<br />

mientras la ceñía aún más contra su centro. Tía Aurelia<br />

dio un chillido, lanzó un revuelo de ave herida, se soltó<br />

de su abrazo. Desprevenido, Demetrio pareció tambalearse<br />

un segundo, se recobró y la alcanzó cuando ella<br />

se había separado dos metros. Ahora estaban más cerca<br />

de mí. Tía Aurelia suplicó asustada:<br />

—No… no… por el amor de Dios. No… Eso es imposible.<br />

Eso es…<br />

Demetrio la tenía de nuevo ceñida, la sacudió brutalmente:<br />

—¡Calla!¡Calla te digo!¡Te digo que te calles! Calla o…<br />

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