- Page 1 and 2:
Editorial Oriente ANGUSOLA Y LOS CU
- Page 3 and 4:
ANGUSOLA ANGUSOLA Y Y LOS LOS CUCHI
- Page 5 and 6:
Prólogo A diecisiete cuentos de Li
- Page 7 and 8:
todo lo contrario, de una manera es
- Page 9 and 10:
mediados de la década del 50 en la
- Page 11 and 12:
para conversar y viejas beatas que
- Page 13 and 14:
ciento vive para tirar piedras, mie
- Page 15 and 16:
—realismo, paisaje, el hombre mis
- Page 17 and 18:
del tiempo. Por otra parte, el ámb
- Page 19 and 20:
fidelidad”. 22 A propósito de la
- Page 21 and 22:
ealidad mediante la emoción. Creo
- Page 23 and 24:
su libro citado, pero que en modo a
- Page 25 and 26:
Al contestar a una investigadora no
- Page 27 and 28:
tiempo no muy lejano ya no podrán
- Page 29 and 30:
una palabra política, en la que na
- Page 31 and 32:
trecho que conducía a la loma, en
- Page 33 and 34:
Un hombre arruinado Una ese gigante
- Page 35 and 36:
las congestiones del crédito. (La
- Page 37 and 38:
Vida y muerte de Pablo triste Infan
- Page 39 and 40:
Los veinticinco Han pasado como una
- Page 41 and 42:
La crisis Pablo está en la trastie
- Page 43 and 44:
El flautista El hermano mayor era a
- Page 45 and 46:
descalza, y palpando sobre el apara
- Page 47 and 48:
algún rito. Era un batir lúgubre
- Page 49 and 50:
calma. Sólo se oía el tambor leja
- Page 51 and 52:
ejemplo. El ejemplo de un ladrón,
- Page 53 and 54:
no tenía miedo a mis retadores, ni
- Page 55 and 56:
dicho más tarde que el fugitivo no
- Page 57 and 58:
podido ir, meterme por medio, y qui
- Page 59 and 60:
me permitía sobreponerme al agotam
- Page 61 and 62:
locura había ido envolviendo al ho
- Page 63 and 64:
vagamente. Por fin, al cabo de una
- Page 65 and 66:
con la noche. Rasgaban, en dos part
- Page 67 and 68:
El aire silbó en las hojas de los
- Page 69 and 70:
tinieblas más densas. Tenía los o
- Page 71 and 72:
I No pasa nada Nadie sabía quién
- Page 73 and 74:
—El sargento tiene a esa muchacha
- Page 75 and 76:
IV Nadie supo por de pronto de dón
- Page 77 and 78:
porque tenía sangre india, pero t
- Page 79 and 80:
cornetín, maracas, güiro, claves
- Page 81 and 82:
VIII A la mañana siguiente se come
- Page 83 and 84:
Alma se replegó en sí misma. Abri
- Page 85 and 86:
si supieras… Ah, Pogolotti es ver
- Page 87 and 88:
sas. Necesita una marina de guerra,
- Page 89 and 90:
vapor español Monctezuma de la tra
- Page 91 and 92:
—Si ves a mi marido dale recuerdo
- Page 93 and 94:
del cabo Gracias a Dios. El Césped
- Page 95 and 96:
durante la noche dio vueltas en el
- Page 97 and 98:
no sabía más. Cuando Morey volvi
- Page 99 and 100:
ella iba Rafael Quesada todo alboro
- Page 101 and 102:
—Me pregunto dónde estarán Vigo
- Page 103 and 104:
—Las gaviotas —repitió Prado
- Page 105 and 106:
—Déjalos que descansen —repiti
- Page 107 and 108:
“lugar de los hechos”) descubri
- Page 109 and 110:
por el costado una boca grande y de
- Page 111 and 112:
pieza a irse o a venir el agua) mez
- Page 113 and 114:
Huasca y Serena habían visto a Rom
- Page 115 and 116:
Román y Serena habían tenido tiem
- Page 117 and 118:
Mientras Serena dibujaba, Román tr
- Page 119 and 120:
menor rastro. Ella seguía braceand
- Page 121 and 122:
Un instante después estaba sobre e
- Page 123 and 124:
Más bien podía ser sobra de imagi
- Page 125 and 126:
Dos personas había en el mundo que
- Page 127 and 128:
sucedido. Todavía no podía compre
- Page 129 and 130:
nombre del proscrito. Y entonces, a
- Page 131 and 132:
llevarlo a todas partes, o a ningun
- Page 133 and 134:
impelía, era bastante. Eran los ho
- Page 135 and 136:
Tenía conciencia (o quizás ilusi
- Page 137 and 138:
El día de la victoria Tan pronto e
- Page 139 and 140:
compraban periódicos y, por las ta
- Page 141 and 142:
gallos, con un ayudante llamado Cun
- Page 143 and 144:
algunos habían muerto y otros esta
- Page 145 and 146:
terreno tan bien aprovechado. La ge
- Page 147 and 148:
preguntaban a tío Pablo, cuál era
- Page 149 and 150:
Por mucho tiempo se habló en el Re
- Page 151 and 152:
Volvió a sacudirla, ahora aún má
- Page 153 and 154:
Aurelia, ni a nadie. Se había llev
- Page 155 and 156: papel. Por encima pudo ver al bodeg
- Page 157 and 158: se le acercaba lentamente. Luego se
- Page 159 and 160: La imagen que yo recuerdo Mi Viejo
- Page 161 and 162: donde, de día, los niños jugábam
- Page 163 and 164: todo en orden y su ropa y su pelo,
- Page 165 and 166: salía en ese instante de su cuarto
- Page 167 and 168: mameyes y sandías, cortar plátano
- Page 169 and 170: mocha que brillaba al sol de la ma
- Page 171 and 172: horas furtivas, y Sofonsiva no se a
- Page 173 and 174: poco: unos cinco, otros diez, pocos
- Page 175 and 176: Sofonsiva viró como movida por una
- Page 177 and 178: cabeza de santo del tenedor de libr
- Page 179 and 180: episa. Un minuto después los estab
- Page 181 and 182: Esa tarde Angusola apareció brevem
- Page 183 and 184: prolongando la tarea. Cuando, al fi
- Page 185 and 186: yo me estoy todavía preguntando qu
- Page 187 and 188: Era humano. Anselma era su madre. R
- Page 189 and 190: Empezaban a rechazarla. Quizás ell
- Page 191 and 192: egreso, a la hora de la comida, le
- Page 193 and 194: Lo dijo a gritos. Lelia exclamó
- Page 195 and 196: enqueando hacia su cuarto, cerró y
- Page 197 and 198: su callosidad para acusarlo. Quizá
- Page 199 and 200: Se acercó un poco, miró con ojos
- Page 201 and 202: Hacía tiempo que mamá no cosía.
- Page 203 and 204: —Tú puedes irte, Caruca. Hoy yo
- Page 205: Pero ellos sabían que no habría c
- Page 209 and 210: —Te voy a decir un secreto (y ant
- Page 211 and 212: III Pasó fuera el día y la noche.
- Page 213 and 214: fui aplacando. Me incorporé, me se
- Page 215 and 216: Hubo otra pausa. Yo bajé los párp
- Page 217 and 218: supimos que tenía un fotingo y que
- Page 219 and 220: —¡Óyeme bien! Tú eres varón.
- Page 221 and 222: Elvira estaba nerviosa: temblaba, l