TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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Libres <strong>de</strong>l imperialismo inka, muy probablemente<br />
los chupachos habrían <strong>de</strong>stinado cuando menos un tercio<br />
<strong>de</strong> esa suma a inversiones reproductivas en su territorio<br />
(canales <strong>de</strong> riego, an<strong>de</strong>nes, vías, etc.); cuando<br />
menos otro tercio a infraestructura urbana (poblaciones,<br />
centros administrativos y ceremoniales, etc.);<br />
consumiendo libremente el resto.<br />
Habría pues capitalizado una cifra sumamente<br />
consi<strong>de</strong>rable. Y, aunque sólo fuera por las edificaciones<br />
que hubieran logrado erigir, hoy todos hablaríamos<br />
<strong>de</strong> Chupaychu. No hay tal. <strong>El</strong> imperialismo<br />
inka, primero, luego el español, y hoy el macrocefálico<br />
centralismo en Lima, han <strong>de</strong>terminado que Chupaychu<br />
ni siquiera figure en los mapas.<br />
Hoy Chupaychu es sólo una “anécdota” <strong>de</strong> la historia.<br />
Y, por añadidura, una anécdota que la historiografía<br />
tradicional <strong>de</strong>forma dando espaldas a la ciencia.<br />
Pease, consi<strong>de</strong>rando sólo a los 400 chupachos<br />
y sus mujeres que <strong>de</strong>bían permanentemente<br />
trasladarse al Cusco a labores <strong>de</strong><br />
construcción, concluye que “una sétima parte<br />
<strong>de</strong>l número <strong>de</strong> jefes <strong>de</strong> familia estaba adjudicado<br />
a las entregas <strong>de</strong> energía humana específicamente<br />
<strong>de</strong>dicadas a las construcciones<br />
durante el Tawantinsuyu” 573 . Permítasenos<br />
corregir al historiador: no ambigua ni imprecisamente<br />
“a las construcciones”, sino –bien<br />
lo sabe –“a las construcciones en el Cusco”,<br />
que no es lo mismo.<br />
Pero a<strong>de</strong>más, ¿a título <strong>de</strong> qué obviar el<br />
aporte tributario <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> los chupachos?<br />
Nuestra estimación, ateniéndonos a la larga y<br />
explícita relación antedicha, es más bien que<br />
casi 4 mil tributarios estaban involucrados en<br />
ella. Mal pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse una simple casualidad<br />
que esta cifra resulte bastante consistente<br />
con la <strong>de</strong>l número máximo <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s<br />
domésticas –o familias– a las que hace<br />
referencia el propio Pease.<br />
Y no podía ser <strong>de</strong> otra manera, porque<br />
bien sabemos que, sin excepción, todos los<br />
hatunrunas tenían que tributar. Así, el kuraka<br />
chupacho que hizo la relación, parece haber<br />
sido pues bastante objetivo –mucho más que<br />
muchos <strong>de</strong> nuestros historiadores–: no excluyó<br />
a ningún tributario. ¿Por qué habría <strong>de</strong><br />
mentir, excluyendo a algunos? ¿Por qué habría<br />
<strong>de</strong> ser ineficiente, <strong>de</strong>jándonos a la posteridad<br />
una lista incompleta?<br />
Pues bien, al cabo <strong>de</strong> recuentos probablemente<br />
equivalentes a los que acabamos <strong>de</strong><br />
realizar, el cronista Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa<br />
concluyó que el nivel <strong>de</strong> tributación <strong>de</strong> los<br />
pueblos dominados por el imperio alcanzó la<br />
extraordinaria cifra <strong>de</strong> 75 % <strong>de</strong> la riqueza que<br />
fueron capaces <strong>de</strong> generar 574 . Difícilmente<br />
pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse verosímil un porcentaje<br />
tan alto. Mas si sólo hubiese alcanzado a 60<br />
%, ya era una expropiación gigantesca, una<br />
carga pesadísima.<br />
<strong>El</strong> <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los recursos<br />
¿Cuál fue el uso que dio la élite imperial<br />
a tan gigantesco ingreso? A título <strong>de</strong> hipótesis,<br />
es posible resumir el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los egresos<br />
económicos <strong>de</strong>l Estado imperial en un<br />
cuadro como el que se presenta en la página<br />
siguiente.<br />
Los ingresos <strong>de</strong> que dispuso el po<strong>de</strong>r imperial<br />
tuvieron, fundamentalmente, seis usos:<br />
a) Consumo directo (alimentación, vestido,<br />
joyas, etc.), e indirecto (palacios, ciuda<strong>de</strong>las,<br />
etc.) <strong>de</strong> la élite imperial;<br />
b) Consumo directo (alimentación, vestido,<br />
joyas, etc.), e indirecto (edificios administrativos,<br />
materiales e insumos, etc.) <strong>de</strong>l<br />
aparato burocrático intermedio;<br />
c) Consumo directo (comidas y bebidas), e<br />
indirecto (parafernalia y centros ceremoniales,<br />
etc.) en y para festivida<strong>de</strong>s cívicas<br />
y religiosas;<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 131