TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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<strong>El</strong> quechua y la historia andina<br />
Vida, idioma y cultura<br />
<strong>El</strong> idioma, probablemente sólo <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> la vida, es uno <strong>de</strong> los patrimonios más importantes<br />
<strong>de</strong> cada ser humano y <strong>de</strong> cada pueblo.<br />
Lejos está sin embargo la historiografía<br />
tradicional <strong>de</strong> reflejar ello en los textos. Tanto<br />
que, en muchos libros <strong>de</strong> Historia –como<br />
en muchas síntesis históricas–, ni siquiera se<br />
menciona qué idioma hablaban los pueblos a<br />
los que se hace referencia.<br />
<strong>El</strong> “idioma” es ciertamente parte sustantiva<br />
<strong>de</strong> la “cultura”. Mas, bien vistas las cosas,<br />
es probablemente la parte más sólida y estable<br />
o la menos mutable <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> un<br />
pueblo. En efecto, es fácilmente constatable<br />
que muchos pueblos han mantenido su idioma<br />
aun cuando han cambiado radicalmente<br />
todas las restantes expresiones <strong>de</strong> su cultura<br />
(alimentación, vestido, vivienda, régimen familiar<br />
y social, conocimientos, i<strong>de</strong>ología, etc.).<br />
La mayor parte <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> Centro<br />
y Sudamérica, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> México hasta Chile,<br />
constituyen un magnífico ejemplo. Porque<br />
ciertamente, manteniéndose incólume el<br />
“castellano”, han transitado por la cultura<br />
Colonial, primero, y la cultura Occi<strong>de</strong>ntal<br />
Mo<strong>de</strong>rna, <strong>de</strong>spués.<br />
Más aún –y como veremos–, hay pueblos<br />
<strong>de</strong> origen remoto que, hablando su originario<br />
y propio idioma, han transitado por culturas<br />
tan disímiles como las que fueron capaces <strong>de</strong><br />
crear con autonomía, más la Chavín, la Wari,<br />
la inka, la Colonial y la Occi<strong>de</strong>ntal Mo<strong>de</strong>rna.<br />
Es <strong>de</strong>cir, han creado, poseído y/o asimilado<br />
seis o más “culturas” pero conservando incólume<br />
su idioma original.<br />
Todo pues parece indicar que, en condiciones<br />
“normales”, los seres humanos nos aferramos<br />
al idioma materno con una fuerza<br />
que sólo es comparable a aquella con la que<br />
nos aferramos a la vida.<br />
Si ello es efectivamente cierto, <strong>de</strong>be pues<br />
igualmente serlo, entonces, que sufrimos tanto<br />
cuando se nos arrebata el idioma materno<br />
–para imponérsenos uno ajeno–, como cuando<br />
se nos arrebata la vida. Así, la imposición<br />
<strong>de</strong> un idioma es comprensiblemente traumática.<br />
Y la erradicación compulsiva <strong>de</strong>l idioma<br />
materno y su sustitución por otro, completamente<br />
extraño, una <strong>de</strong> las agresiones más<br />
atroces que pue<strong>de</strong> sufrir un pueblo.<br />
La imposición oficial<br />
<strong>de</strong>l quechua<br />
Sirva pues todo ello <strong>de</strong> base para tratar <strong>de</strong><br />
enten<strong>de</strong>r cuándo y cómo se extendió el que-<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 147