TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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Así, quienes en un momento, a cambio <strong>de</strong> compensaciones<br />
generosas hicieron crecer el Imperio Inka,<br />
en el siguiente, siempre en su propio beneficio,<br />
habrían <strong>de</strong> contribuir a hacerlo caer 122 .<br />
Una variante <strong>de</strong>l caso prece<strong>de</strong>nte la proporcionaron<br />
aquellas élites que, ya no para<br />
obtener privilegios, sino para mantener los<br />
que poseían, accedieron, sin resistencia, a aceptar<br />
la dominación <strong>de</strong>l Imperio Inka. Significativa<br />
fue, por ejemplo –según afirma Rostworowski<br />
123 – la sumisión <strong>de</strong> la élite chincha<br />
–<strong>de</strong> la nación ica, que <strong>de</strong>clinó toda posibilidad<br />
<strong>de</strong> resistencia. No tanto a cambio <strong>de</strong> los<br />
regalos que recibió –como dice la propia historiadora<br />
124 –, sino para que no le sean recortadas<br />
las ventajas que le reportaba su exitosa<br />
y vasta actividad marítimo–comercial internacional.<br />
Al po<strong>de</strong>r imperial, a su turno, le interesaba<br />
sobremanera que los experimentados marinos<br />
mercantes <strong>de</strong> Chincha se mantuvieran<br />
como seguros proveedores <strong>de</strong>l mullu, ese<br />
preciado y eficaz anunciador hidro–meteorológico.<br />
Y, en general, <strong>de</strong> todos aquellos productos<br />
que traían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las lejanas costas <strong>de</strong><br />
México, Ecuador y Chile 125 .<br />
Hasta allí, por lo menos en apariencia, era<br />
equivalente el intercambio en lo que a los<br />
intereses <strong>de</strong> las élites chincha e inka se refiere.<br />
<strong>El</strong> po<strong>de</strong>r imperial, sin embargo, recibio<br />
muchos otros beneficios. Exigió y logró la<br />
construcción <strong>de</strong> palacios, locales administrativos,<br />
tambos, casas para mamaconas y caminos.<br />
También <strong>de</strong>mandó artesanos, orfebres<br />
y tejedores; agricultores y yanaconas.<br />
Pero la nación ica sufrió a<strong>de</strong>más, sucesivamente,<br />
expropiaciones <strong>de</strong> tierras que dispusieron<br />
Pachacútec, Túpac Yupanqui y Huayna<br />
Cápac –según refiere María Rostworowski<br />
126 –. Caro resultó pues a la nación ica el<br />
oportunismo <strong>de</strong> su élite dominante.<br />
Como caros resultaron todos los tipos <strong>de</strong><br />
oportunismo que, en ausencia <strong>de</strong> unidad, hacían<br />
gala las distintas fracciones en que estaban<br />
divididos algunos pueblos y naciones.<br />
<strong>El</strong> oportunismo y la conveniencia no se pusieron<br />
<strong>de</strong> manifiesto recién durante la expansión imperial<br />
inka. No, tal parece que era <strong>de</strong> vieja data.<br />
Así, durante la incursión <strong>de</strong> los chankas al Cusco,<br />
es <strong>de</strong>cir, inmediatamente antes <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong>l proceso<br />
<strong>de</strong> expansión imperial, algunos <strong>de</strong> los ayllus vecinos a<br />
la invadida ciudad abandonaron a su suerte a las huestes<br />
que li<strong>de</strong>raba Pachacútec. Antes –dice el cronista<br />
Betanzos 127 –quisieron ver si Pachacútec li<strong>de</strong>raba o no<br />
las fuerzas suficientes para vencer a los chankas. Y<br />
sólo si los vencía, se ponían <strong>de</strong> su lado. Recibidas en<br />
efecto las señales <strong>de</strong> la victoria, se plegaron en tropel<br />
al lado <strong>de</strong> los triunfadores –como reconocen Rostworowski<br />
y Hernán<strong>de</strong>z 128 –.<br />
<strong>El</strong> cuantioso botín <strong>de</strong> guerra que se obtuvo <strong>de</strong> los<br />
chankas 129 fue utilizado pues también para garantizar,<br />
en un acto que sólo en apariencia era <strong>de</strong> “reciprocidad”,<br />
la alianza <strong>de</strong> aquellos pusilánimes y oportunistas.<br />
Esta po<strong>de</strong>rosa arma <strong>de</strong> satisfacer apetitos y ambiciones<br />
–insistimos–, habría <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar más tar<strong>de</strong><br />
que su eficacia era sólo transitoria, cuando, como un<br />
bumerán, regresaría con la misma potencia contra<br />
quienes la pusieron en práctica.<br />
Aunque quizá sólo fue un complemento<br />
<strong>de</strong> todas las <strong>de</strong>más, la tercera modalidad <strong>de</strong><br />
dominación, <strong>de</strong> uso también frecuente, fue el<br />
chantaje. Se aplicó diversas modalida<strong>de</strong>s:<br />
– captura como rehén <strong>de</strong>l propio kuraka<br />
y su traslado al Cusco 130 ;<br />
– captura <strong>de</strong> las esposas e hijas <strong>de</strong>l kuraka<br />
131 ;<br />
– retención en el Cusco <strong>de</strong> otros personajes<br />
importantes 132 ;<br />
– amenaza al kuraka con su humillante<br />
relevo por un yanacona 133 ;<br />
– traslado <strong>de</strong> ídolos y dioses 134 al Cusco;<br />
etc.<br />
En todos los casos se perseguía que el<br />
pueblo dominado fuera conciente que <strong>de</strong> él,<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 53