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TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

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muy probablemente hasta los tiempos <strong>de</strong> Rómulo<br />

y Remo.<br />

Por cierto nada <strong>de</strong> ello aparece explícitamente<br />

en los textos tradicionales <strong>de</strong> Historia<br />

660 . Mas invariablemente está escondida en<br />

ellos la prueba más concluyente e irrefutable:<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la agricultura. Ésta, en ningún<br />

rincón <strong>de</strong>l globo, habría podido progresar<br />

sin la práctica <strong>de</strong> la “reciprocidad”.<br />

En referencia al mundo andino, Brawn<br />

afirma 661 que “las relaciones sociales <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l ayllu son semejantes a las <strong>de</strong> una comunidad<br />

sin clases...”, es <strong>de</strong>cir, pues, semejantes<br />

a aquéllas <strong>de</strong> los mundos a los que acabamos<br />

<strong>de</strong> hacer referencia.<br />

No obstante, en el siglo XVI los cronistas<br />

europeos empezaron a sembrar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la<br />

originalidad andina <strong>de</strong> esa práctica.<br />

<strong>El</strong> ingenuo asombro y la errónea conclusión<br />

<strong>de</strong> los cronistas españoles al llegar al<br />

mundo andino, tiene pues una explicación<br />

muy simple: no eran historiadores. De haberlo<br />

sido, habrían sabido que habían llegado a<br />

un mundo en el que todavía estaban en uso<br />

prácticas comunitarias que, muchísimos siglos<br />

atrás, habían <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> Europa.<br />

La ancestral<br />

reciprocidad andina<br />

En los ayllus más aislados y primitivos se<br />

mantenían los principios más prístinos y originales<br />

<strong>de</strong> la ancestral institución <strong>de</strong> la “reciprocidad”.<br />

Pero bajo la forma <strong>de</strong> dos instituciones<br />

específicas: el ayni y la minga.<br />

Pues bien, ¿qué había, más allá <strong>de</strong> lo obvio,<br />

en dichas instituciones, o en la institución<br />

genérica <strong>de</strong> la “reciprocidad”?<br />

• En primer lugar, estaban presentes sólo<br />

dos sujetos –nada más que dos–, que bien<br />

podían ser individuales y/o colectivos.<br />

• En segundo lugar, los sujetos protagónicos<br />

intercambiaban trabajo, energía humana,<br />

no así bienes.<br />

• En tercer lugar, las partes actuaban libre y<br />

voluntariamente, ninguna <strong>de</strong> ellas ejercía<br />

ningún tipo <strong>de</strong> coacción sobre la otra, o,<br />

si se prefiere, la relación era simétrica.<br />

• En cuarto lugar, las dos partes concientemente<br />

estimaban que el intercambio era<br />

equivalente.<br />

• Y, en quinto lugar, el intercambio era mutuamente<br />

benéfico, y sólo benéfico.<br />

Ésos, pues, eran los fundamentos más puros<br />

y originales <strong>de</strong> la “reciprocidad” que se<br />

creó entre el género humano.<br />

No obstante, con el transcurrir <strong>de</strong> los siglos,<br />

fueron dándose modificaciones cada vez<br />

mayores <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esas instituciones, hasta<br />

que terminaron por trastocarlas <strong>de</strong>l todo.<br />

Así, aparecieron relaciones que <strong>de</strong>jaron<br />

<strong>de</strong> generar beneficio equivalente o simétrico.<br />

Fue el caso <strong>de</strong> aquellas faenas agrícolas <strong>de</strong><br />

ayni en las que, a la postre, el kuraka terminaba<br />

usufructuando, por ejemplo, más y<br />

mejores alimentos que el resto <strong>de</strong> la comunidad,<br />

e incluso verda<strong>de</strong>ros privilegios. ¿Correspondía<br />

seguir <strong>de</strong>nominando ayni a esa<br />

institución?<br />

O cuando con los exce<strong>de</strong>ntes generados<br />

por todo el ayllu se construía el palacio comunal<br />

que incluía la vivienda <strong>de</strong> aquél. ¿Correspondía<br />

seguir <strong>de</strong>nominando minga a esa<br />

institución?<br />

En rigor, a esas relaciones asimétricas e<br />

inequivalentes correspondían nombres dis-<br />

<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 163

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