TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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En efecto, constatándose que los inkas<br />
alcanzaron el pináculo <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>río en el<br />
siglo XV, invariable e implícitamente ha sido<br />
presentada entonces, por añadidura, la imagen<br />
<strong>de</strong> una asombrosa “precocidad” como<br />
característica especialísima <strong>de</strong> ese pueblo.<br />
¿Pero pue<strong>de</strong> acaso esa presunta y asombrosa<br />
precocidad explicar sólida y consistentemente<br />
que –como afirma Barraclough 92 –,<br />
“el Imperio inca se basó en antiguas tradiciones”<br />
incluyendo Chavín, Tiahuanaco y Wari?<br />
¿Cómo y cuándo las aprendió, y <strong>de</strong> quién, si<br />
cuando supuestamente llegaron los inkas al<br />
Cusco sus vecinos más próximos, chankas,al<br />
norte, y kollas, al sur, estuvieron entre los siglos<br />
XII y XV en franco estancamiento?<br />
¿Y cómo explica la historiografía tradicional<br />
que, viniendo <strong>de</strong> “afuera”, los inkas<br />
también hablaran quechua, que –como se<br />
verá extensamente más a<strong>de</strong>lante– era ya el<br />
idioma que más se hablaba en los An<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
épocas probablemente tan remotas como<br />
Chavín?<br />
A nuestro juicio, el cúmulo <strong>de</strong> inconsistencias<br />
y <strong>de</strong>saguisados en que con empecinamiento<br />
sigue incurriendo la historiografía<br />
tradicional a estos respectos, es una lamentable<br />
consecuencia <strong>de</strong> haber aceptado a rajatabla<br />
la tradición “oficial” inka <strong>de</strong> la existencia<br />
<strong>de</strong> 13–14 Inkas.<br />
Los cien Inkas<br />
(<strong>de</strong> Montesinos)<br />
Asumiendo en cambio que, como todos<br />
los gran<strong>de</strong>s pueblos y naciones <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s,<br />
la inka tuvo también un milenario enraizamiento<br />
en este territorio, adquiere gran verosimilitud<br />
la versión <strong>de</strong> 103 Inkas que, casi<br />
–solitariamente–, sostuvo el cronista Fernando<br />
<strong>de</strong> Montesinos 93 .<br />
A la hipotética cifra <strong>de</strong> poco más <strong>de</strong> cien<br />
Inkas se llega, por ejemplo, asumiendo que:<br />
a) se <strong>de</strong>nomina Inka a quien ocupó el punto<br />
más alto <strong>de</strong> la jerarquía <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en el<br />
pueblo inka;<br />
b) que se consi<strong>de</strong>ra sólo como tales a quienes<br />
gobernaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período <strong>de</strong> consolidación<br />
territorial <strong>de</strong>l pueblo inka<br />
(lapso que se está i<strong>de</strong>ntificando con “B”<br />
en el Gráfico N° 2);<br />
c) que <strong>de</strong> dicho período en a<strong>de</strong>lante, y hasta<br />
1532 en que fue capturado Atahualpa, el<br />
pueblo inka tuvo una vida <strong>de</strong> 2 000 años;<br />
d) que el promedio aproximado <strong>de</strong> gobierno<br />
<strong>de</strong> tales Inkas fue 20 años.<br />
En tal virtud, el primer grupo <strong>de</strong> gobernantes<br />
correspon<strong>de</strong>ría entonces a los legendarios<br />
e innominados Inkas <strong>de</strong>l triunfante ayllu<br />
<strong>de</strong> Pacaritambo y sus sucesores (período<br />
“B” <strong>de</strong>l Gráfico N° 2). <strong>El</strong>los, con autonomía<br />
y durante un período muy dilatado, habrían<br />
li<strong>de</strong>rado entonces el inicio <strong>de</strong> la materialización<br />
<strong>de</strong>l proyecto nacional inka.<br />
Una segunda generación <strong>de</strong> Inkas (en el<br />
período “C”), si bien habrían estado dotados<br />
<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r formal, habrían gozado <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r<br />
efectivo muy limitado: a gran parte <strong>de</strong> ellos<br />
les cupo ser intermediarios entre su pueblo y<br />
los po<strong>de</strong>rosos dirigentes <strong>de</strong> la nación kolla <strong>de</strong><br />
Tiahuanaco <strong>de</strong> la que virtualmente <strong>de</strong>pendieron,<br />
ya sea residiendo en los valles <strong>de</strong>l Cusco,<br />
o como parte <strong>de</strong>l enorme contingente inka<br />
que temporalmente migró al Altiplano.<br />
Es en relación con ese contexto que adquieren<br />
gran significación las palabras <strong>de</strong> Simone<br />
Waisbard cuando dice: “estoy convencida<br />
<strong>de</strong> que entre el primer Manco y la aparición<br />
<strong>de</strong>l inca <strong>de</strong>l Lago Titicaca (...) se sucedieron<br />
en los An<strong>de</strong>s numerosas generaciones<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 39