19.05.2013 Views

TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cápac para sofocar las rebeliones <strong>de</strong> los también<br />

poco <strong>de</strong>sarrollados huancavilcas, <strong>de</strong> la<br />

costa <strong>de</strong> Guayaquil; paltos, cañaris y cayambis,<br />

<strong>de</strong> las inmediaciones <strong>de</strong> Tumibamba<br />

(Cuenca); quitos <strong>de</strong> la zona cordillerana central<br />

<strong>de</strong> Ecuador; y carangues o caraques, <strong>de</strong>l<br />

área costera al norte <strong>de</strong> Guayaquil.<br />

Porque si algún discreto botín material se<br />

extrajo a estos pueblos, ello se había logrado,<br />

décadas antes, durante las campañas <strong>de</strong> conquista<br />

que había llevado a cabo Túpac Yupanqui.<br />

Sin duda, en las campañas <strong>de</strong> Huayna Cápac<br />

para la reconquista <strong>de</strong> esos territorios ecuatoriales,<br />

los botines y sanciones <strong>de</strong> represalia<br />

estuvieron constituidos casi exclusivamente<br />

por las mujeres <strong>de</strong> esos pueblos que<br />

fueron regaladas a soldados, y sobre todo a<br />

los oficiales y jefes <strong>de</strong>l ejército imperial.<br />

No obstante –y como veremos–, hay razones<br />

para sospechar que, no siendo pobre<br />

dicha recompensa, resultaba ya frustrante<br />

para los combatientes en las postrimerías <strong>de</strong>l<br />

siglo XV. Y, sobre todo y en particular, para<br />

los altos mandos militares.<br />

Quizá la menguante disponibilidad <strong>de</strong><br />

hombres para el ejército imperial contribuye<br />

a explicar el drástico cambio <strong>de</strong> conducta que<br />

se dio a través <strong>de</strong>l tiempo entre los altos jefes<br />

<strong>de</strong>l ejército imperial.<br />

En efecto, en los inicios <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong><br />

expansión imperial, las recompensas militares<br />

se otorgaban al cabo <strong>de</strong> los combates.<br />

Con Huayna Cápac en cambio, antes <strong>de</strong>l<br />

combate, por a<strong>de</strong>lantado, e in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> si se obtenía o no el triunfo, los<br />

generales exigían lo que hoy llamaríamos los<br />

“estipendios pactados”.<br />

Hay cuando menos una sólida evi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> ese franco <strong>de</strong>terioro político, anímico y<br />

moral. En efecto, el célebre cronista Sarmiento<br />

<strong>de</strong> Gamboa refiere lo siguiente 286 :<br />

...enfrentando a los cayambis Huayna<br />

Cápac perdió mucha gente. Regresó a<br />

Tumibamba para recomponer su ejército<br />

y volver sobre aquéllos. Entretanto, varios<br />

orejones o jefes militares cusqueños,<br />

enemistados con el Inka, <strong>de</strong>terminaron<br />

abandonarlo y regresar al Cusco con las<br />

huestes que comandaban. Mas el Inka<br />

logró <strong>de</strong>tenerlos a cambio <strong>de</strong> mucha<br />

ropa, comida y otras riquezas, y formó un<br />

buen ejército.<br />

Comentando ese inci<strong>de</strong>nte, el historiador<br />

John Murra yerra cuando presenta el hecho<br />

como “una rebelión <strong>de</strong> los parientes reales”<br />

287 . No, no fue una rebelión –principista e<br />

irreductible –que <strong>de</strong>bía ser <strong>de</strong>belada a sangre<br />

y fuego. Fue lisa y llanamente una extorsión<br />

en la que, por añadidura, los “mercenarios”<br />

exigieron el pago por a<strong>de</strong>lantado.<br />

Aparentemente en referencia al mismo<br />

inci<strong>de</strong>nte, María Rostworowski 288 expresa<br />

que, enfrascado en guerra contra los cayambis<br />

<strong>de</strong>l norte, Huayna Cápac, “necesitado <strong>de</strong><br />

refuerzos y por la premura <strong>de</strong>l tiempo, or<strong>de</strong>nó<br />

entrar en la batalla al ejército recién llegado<br />

<strong>de</strong>l sur, comandado por generales <strong>de</strong>udos<br />

suyos, prescindiendo <strong>de</strong>l ritual <strong>de</strong> la reciprocidad,<br />

y <strong>de</strong> la solicitud <strong>de</strong> las dádivas.<br />

Muy enojados, el general en jefe, Michicuacamayta,<br />

y los Orejones que le acompañaban,<br />

(...) emprendieron el camino <strong>de</strong> retorno<br />

al Cusco. <strong>El</strong> soberano, enterado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>serción<br />

<strong>de</strong> los Orejones, envió tras ellos a sus<br />

emisarios cargados <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s regalos, ropa<br />

y comida. Satisfechos los señores con tantas<br />

merce<strong>de</strong>s, volvieron al lado <strong>de</strong>l Inca y pelearon<br />

valerosamente”.<br />

En el último capítulo <strong>de</strong> este libro, extensamente<br />

veremos que es un gravísimo error<br />

<strong>de</strong> análisis e interpretación histórica, seguir<br />

<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 79

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!