TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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Quienes en la historiografía tradicional atribuyen<br />
el protagonismo <strong>de</strong>l Imperio Wari a “guerreros waris”,<br />
ayacuchanos, sostienen que chankas, también ayacuchanos,<br />
habrían sido los miembros <strong>de</strong>l presunto “pueblo<br />
bárbaro” que saqueó y <strong>de</strong>struyó la gran ciudad <strong>de</strong><br />
Wari: “hordas <strong>de</strong>dicadas al pillaje” –en palabras <strong>de</strong><br />
María Rostworowski que recoge Max Hernán<strong>de</strong>z 28 –.<br />
A nuestro juicio –y como extensamente hemos<br />
<strong>de</strong>sarrollado en Los abismos <strong>de</strong>l <strong>cóndor</strong>, Tomo II–, esa<br />
tesis resulta absolutamente en<strong>de</strong>ble, por <strong>de</strong>cir lo<br />
menos.<br />
<strong>El</strong> Imperio Wari <strong>de</strong> los chankas ayacuchanos –los<br />
mismos <strong>de</strong> los que reiteradamente habla Garcilaso 29 –<br />
no sucumbió por la acción <strong>de</strong> “hordas <strong>de</strong>dicadas al pillaje”–.<br />
Que<strong>de</strong> ello para la mito–historiografía. Wari,<br />
en el contexto <strong>de</strong> una gravísima crisis climática que<br />
<strong>de</strong>sató una hambruna generalizada, sucumbió por la<br />
acción bélica, in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista y concurrente, <strong>de</strong> todos<br />
los pueblos andinos que habían estado sojuzgados,<br />
incluidos ciertamente los inkas.<br />
Lo más probable –insistimos en este texto– es que<br />
hayan sido los cercanos inkas, quizá en alianza con los<br />
más aislados y primitivos ayllus <strong>de</strong> campesinos chankas,<br />
que también sufrieron los rigores <strong>de</strong>l imperio,<br />
quienes en acción postrera y <strong>de</strong>finitiva saquearon y<br />
<strong>de</strong>struyeron Wari, la se<strong>de</strong> central <strong>de</strong>l imperio.<br />
Pues bien, entre los primitivos ayllus inkas,<br />
coetáneos <strong>de</strong>l Imperio Chavín, y el pueblo<br />
inka que contribuyó a la caída <strong>de</strong>l Imperio<br />
Wari, habían transcurrido 2 500 años <strong>de</strong><br />
rica historia. Sobrevendrían luego otros 400<br />
años <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo autónomo, y <strong>de</strong>spués la<br />
centuria <strong>de</strong>l propio Imperio Inka.<br />
De Acamama al Cusco<br />
Tras la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l Imperio Wari, el pueblo<br />
inka reemprendió la ejecución <strong>de</strong> su propio<br />
proyecto nacional. Hasta ese momento,<br />
hacia el siglo XII, el poblado más importante<br />
<strong>de</strong>l pueblo inka era uno más entre la veintena<br />
<strong>de</strong> centros poblados <strong>de</strong> cierta importancia en<br />
los An<strong>de</strong>s.<br />
Nominada original y remotamente como<br />
Acamama 30 , era apenas un pequeño poblado<br />
<strong>de</strong> construcciones muy simples. Era un pálido<br />
reflejo <strong>de</strong>l esplendor que había tenido dos<br />
milenios atrás Chavín <strong>de</strong> Huántar. Tampoco<br />
tenía aún las magníficas construcciones pétreas<br />
que, como la Akapana, había lucido siglos<br />
atrás Tiahuanaco. Ni la magnitud <strong>de</strong> Wari,<br />
la capital ayacuchana <strong>de</strong>l recién liquidado<br />
Imperio Wari.<br />
De hecho, mientras el pueblo inka estuvo<br />
dominado por kollas y chankas, sus dispersos<br />
ayllus tuvieron vida predominantemente rural.<br />
Es probable que sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la caída<br />
<strong>de</strong> Wari, cuando se dio nuevamente la hegemonía<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el valle <strong>de</strong>l Cusco, empezó a<br />
crecer y consolidarse la ciudad.<br />
Sin embargo, en los períodos que el pueblo<br />
inka <strong>de</strong>pendió <strong>de</strong> la nación kolla, y mientras<br />
estuvo sometido a la dominación <strong>de</strong> los<br />
chankas, los habitantes <strong>de</strong> Acamama habían<br />
alcanzado a adquirir dos importantes experiencias<br />
político–administrativas y técnicas.<br />
De un lado, asistieron como espectadores<br />
–pero también con su fuerza <strong>de</strong> trabajo– al<br />
gran <strong>de</strong>sarrollo urbano <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />
pueblos dominantes: la capital <strong>de</strong> Tiahuanaco,<br />
en el Altiplano; y Wari, en Ayacucho. Y,<br />
<strong>de</strong> otro lado, simultáneamente asistieron<br />
también, como testigos <strong>de</strong> excepción, al estancamiento<br />
<strong>de</strong> su propia ciudad.<br />
Ese contraste no era una simple coinci<strong>de</strong>ncia.<br />
Había, más bien, estrecho vínculo<br />
entre ambos hechos. Porque la relación <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, en un caso, y la completa hegemonía,<br />
en el otro, habían ocasionado que el<br />
exce<strong>de</strong>nte producido por el pueblo inka fluyera<br />
hacia el Altiplano, primero, y hacia Ayacucho,<br />
<strong>de</strong>spués.<br />
Transfiriendo sus exce<strong>de</strong>ntes al extranjero,<br />
el pueblo inka estuvo impedido <strong>de</strong> fi-<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 17