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TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

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<strong>El</strong> Imperio Inka, ciertamente, no escapó a<br />

esa regla. Reclutó miles <strong>de</strong> combatientes entre<br />

los pueblos andinos. En tal sentido, la<br />

–mal <strong>de</strong>nominada– mita guerrera se convirtió<br />

en una <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> los pueblos<br />

conquistados. Y permitió dar carácter permanente<br />

al ejército imperial, trasladando por<br />

años a miles <strong>de</strong> combatientes a los confines<br />

<strong>de</strong>l imperio –como refiere Rostworowski 239 –.<br />

La mita guerrera proporcionaba soldados<br />

conducidos por jefes <strong>de</strong> sus propios pueblos<br />

240 , con lo que, a<strong>de</strong>más, se simplificaba los<br />

problemas <strong>de</strong> traducción. Se guardaba, no<br />

obstante, la precaución <strong>de</strong> mantener reunidos<br />

en el mismo batallón a los coterráneos.<br />

Cuando se constituía batallones multinacionales,<br />

los combatientes <strong>de</strong> pueblos que<br />

más antigüedad tenían perteneciendo al imperio<br />

eran los que ro<strong>de</strong>aban 241 al Inka. Ro<strong>de</strong>ado<br />

<strong>de</strong> soldados dóciles, se minimizaba el<br />

riesgo <strong>de</strong> sabotaje y atentados.<br />

Por el contrario, coherentemente, para<br />

domeñar a los pueblos rebel<strong>de</strong>s y a los recién<br />

conquistados, se colocaba a sus hombres <strong>de</strong><br />

manera tal que, teniendo o no a<strong>de</strong>cuado entrenamiento<br />

militar 242 , fueran los primeros en<br />

entrar en contacto con el enemigo 243 –refieren<br />

los cronistas Murúa y Cabello Valboa,<br />

confirmando que en los An<strong>de</strong>s se ejecutaban<br />

las mismas prácticas que en el Viejo Mundo,<br />

el norte <strong>de</strong> África y Mesopotamia–.<br />

Los exigentes sistemas <strong>de</strong> disuación y<br />

control, y el enorme aparato coercitivo, no<br />

pudieron impedir, sin embargo, las <strong>de</strong>serciones.<br />

Las más sonadas, que revelan el rechazo<br />

y la animadversión que algunos pueblos tenían<br />

hacia el proyecto imperial inka, fueron<br />

las llevadas a cabo por antis 244 , chankas 245 y<br />

kollas 246 –según han referido los cronistas<br />

Sarmiento y Cabello Valboa–.<br />

Esta última se dio en el marco <strong>de</strong> una san-<br />

grienta rebelión, en la que habían sido ejecutados<br />

los gobernadores inkas resi<strong>de</strong>ntes en el<br />

Altiplano. En todos estos casos las represalias<br />

que or<strong>de</strong>nó el po<strong>de</strong>r imperial fueron muy<br />

rigurosas.<br />

Las acciones militares pudieron completarse<br />

y alcanzar gran eficacia gracias al aporte<br />

<strong>de</strong> otros dos tipos <strong>de</strong> especialistas: espías<br />

y chasquis. <strong>El</strong> espionaje fuera <strong>de</strong> las<br />

fronteras <strong>de</strong>l imperio –dice Del Busto 247 –<br />

corrió a cargo principalmente <strong>de</strong> los comerciantes.<br />

Los marinos mercantes chinchas, chimú y<br />

tallanes, en sus balsas a vela traían información<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Panamá, Costa Rica y Oaxaca, al<br />

sur <strong>de</strong> México 248 . Ecuador y Chile fueron a<br />

su vez también alcanzados por los marinos<br />

mercantes chinchas. Y, en el trayecto, unos y<br />

otros obtenían información muy precisa sobre<br />

todo lo que ocurría entre los pueblos <strong>de</strong> la<br />

costa andina.<br />

En En las garras <strong>de</strong>l imperio –don<strong>de</strong> analizamos<br />

el “<strong>de</strong>scubrimiento” y la conquista <strong>de</strong>l Perú–, ya se<br />

verá cómo la historiografía tradicional ha obviado la<br />

larga experiencia <strong>de</strong> los navegantes internacionales<br />

andinos, <strong>de</strong> modo tal que –contra toda lógica– se presenta<br />

la “epopeya” española como un suceso absolutamente<br />

imprevisto por los pueblos andinos.<br />

No hubo tal sorpresa. Menos aún fue absoluta.<br />

Esos mismos navegantes, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siglos atrás y <strong>de</strong><br />

continuo llegaban hasta las costas <strong>de</strong> México, <strong>de</strong>bieron<br />

también traer –bastante oportunamente– la “mala<br />

nueva” <strong>de</strong> la llegada y <strong>de</strong> las in<strong>de</strong>tenibles conquistas<br />

<strong>de</strong> los europeos.<br />

<strong>El</strong> espionaje e infiltración <strong>de</strong> los pueblos<br />

sometidos fue realizado por oficiales <strong>de</strong>l ejército<br />

imperial.<br />

Como aquellos que, más tar<strong>de</strong>, por or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> Atahualpa, espiarían a las huestes <strong>de</strong> Pizarro<br />

–como refiere Rostworowski 249 –.<br />

Pero el espionaje y la infiltración –como<br />

<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 70

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