TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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especto <strong>de</strong> Chavín; y el <strong>de</strong> Alto Huaura,<br />
la altiplanicie <strong>de</strong> Bombón y Tarma, respecto<br />
<strong>de</strong> Jauja–Huancayo; o,<br />
b) consecuencia <strong>de</strong> la política <strong>de</strong> traslados<br />
poblacionales –mitimaes– que pusieron<br />
en práctica los tres gran<strong>de</strong>s imperios andinos:<br />
Chavín, Wari e Inka.<br />
<strong>El</strong>lo pue<strong>de</strong> presumirse en los casos <strong>de</strong><br />
Luya, Lamas y otros respecto <strong>de</strong> Ayacucho<br />
o el Cusco. Y –como refiere Torero–,<br />
para el caso <strong>de</strong> los “pastores waris” <strong>de</strong>l<br />
área limítrofe entre Ancash y Lima 646 ,<br />
que, con gran admiración –al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Del<br />
Busto 647 – habrían llegado a instalarse en<br />
las proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Chavín <strong>de</strong> Huántar.<br />
Y pue<strong>de</strong> presumirse también para los casos<br />
<strong>de</strong> Ecuador–Colombia, Bolivia, Chile<br />
y Argentina; o, finalmente;<br />
c) consecuencia <strong>de</strong> la yuxtaposición en el<br />
tiempo –en el caso <strong>de</strong> muchos pueblos–,<br />
<strong>de</strong> distintas y sucesivas variantes, como<br />
habría ocurrido en todos aquellos que fueron<br />
objeto <strong>de</strong> la dominación <strong>de</strong> dos o tres<br />
<strong>de</strong> los ya mencionados imperios andinos,<br />
lo que por ejemplo ocurrió con las poblaciones<br />
<strong>de</strong> Alto Chancay, Alto Cañete,<br />
Sureste <strong>de</strong> Yauyos, y muchas otras.<br />
Nada sin embargo sugiere hasta aquí cuál<br />
habría sido el “foco inicial”, ni cómo fue<br />
geográficamente expandiéndose el quechua<br />
por los An<strong>de</strong>s.<br />
Sólo sabemos –o, mejor, presumimos–<br />
que las distintas variantes <strong>de</strong>l quechua actual<br />
habrían surgido <strong>de</strong> hasta seis centros distintos<br />
<strong>de</strong> irradiación: dos en el norte, Callejón<br />
<strong>de</strong> Huaylas – Conchucos, y Cajamarca; uno<br />
en el centro, Jauja–Huancayo; y tres en el<br />
sur, Ayacucho, Cusco y Puno.<br />
Hoy las poblaciones <strong>de</strong> todos esos territorios<br />
son numéricamente equivalentes. En to-<br />
do caso, ninguna es, para lo que aquí nos ocupa,<br />
muy significativamente mayor que otra.<br />
Y nada hay que nos haga pensar que en la<br />
antigüedad ello fuera a su vez muy diferente.<br />
En esos términos, su fuerza <strong>de</strong>mográfica diseminadora<br />
<strong>de</strong>l idioma habría sido pues equivalente.<br />
Sin embargo, ni Cajamarca ni Jauja-<br />
Huancayo fueron nunca <strong>de</strong>stacados centros<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo económico–social–tecnológico<br />
en la historia andina. En otras palabras, ninguno<br />
<strong>de</strong> sus correspondientes –y gran<strong>de</strong>s y<br />
ricos valles– fue el escenario <strong>de</strong> un gran foco<br />
<strong>de</strong> civilización. En tal sentido, nuestra hipótesis<br />
es que asimilaron primero y difundieron<br />
<strong>de</strong>spues el quechua aprendido muy remotamente<br />
<strong>de</strong> terceros.<br />
<strong>El</strong> Altiplano –y Puno en él– sí fue en<br />
cambio el centro <strong>de</strong> una gran civilización.<br />
Mas para nuestros efectos cuenta poco –o nada–,<br />
porque si algún idioma se irradió durante<br />
la hegemonía <strong>de</strong> Tiahuanaco, no fue<br />
precisamente el quechua sino el aymara.<br />
Si Puno alcanzó a ser también foco <strong>de</strong><br />
irradiación <strong>de</strong>l quechua, lo habría sido por<br />
diversas circunstancias que, en or<strong>de</strong>n cronológico<br />
serían las siguientes: las gran<strong>de</strong>s poblaciones<br />
inkas que se asentaron en el Altiplano<br />
durante la hegemonía Tiahuanaco y<br />
que no retornaron al Cusco; el impacto que,<br />
por su cercanía física, tuvo Ayacucho durante<br />
el Imperio Wari; y el impacto que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
vecindad, tuvo el Cusco, durante la hegemonía<br />
inka.<br />
Descartados pues Cajamarca, Jauja-<br />
Huancayo y Puno como poco probables –e<br />
incluso improbables– centros iniciales <strong>de</strong> irradiación<br />
<strong>de</strong>l quechua, sólo cabe pensar, siempre<br />
en or<strong>de</strong>n cronológico regresivo, en el<br />
Cusco (Imperio Inka), Ayacucho (Imperio<br />
Wari) y Callejones <strong>de</strong> Huaylas y Conchucos<br />
(Imperio Chavín).<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 153