TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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chanka con una <strong>de</strong> las áreas más importantes<br />
<strong>de</strong> la nación inka.<br />
¿Pue<strong>de</strong>, ingenua e i<strong>de</strong>alistamente, imaginársele<br />
una gran vía internacional, construida <strong>de</strong> común<br />
acuerdo por ambas naciones que presuntamente<br />
en dicha época habrían sido in<strong>de</strong>pendientes,<br />
ateniéndonos al criterio <strong>de</strong> Ruth Shady?<br />
No, sin duda. Bastante más verosímil –como<br />
ha ocurrido en todos los imperios en la historia<br />
<strong>de</strong> la humanidad–, es que fuera una vieja vía<br />
internacional, ampliada y mejorada por <strong>de</strong>cisión<br />
<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r imperial chanka, para unir su<br />
se<strong>de</strong> y el territorio <strong>de</strong>l Cusco.<br />
Esto es –como razona Denise Pozzi-Escot–,<br />
para “el control” –y extracción <strong>de</strong> riquezas– <strong>de</strong><br />
la nación inka, no sólo la geográficamente más<br />
proxima, sino una <strong>de</strong> sus colonias y <strong>de</strong>spensas<br />
alimentarias más importantes.<br />
<strong>El</strong> gran camino <strong>de</strong>bió servir pues para el transporte<br />
anual a Wari <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> toneladas <strong>de</strong><br />
tubérculos, en cientos y miles <strong>de</strong> animales <strong>de</strong><br />
carga. Y para el <strong>de</strong>splazamiento incesante <strong>de</strong><br />
los <strong>de</strong>stacamentos <strong>de</strong> control administrativo y<br />
sojuzgamiento militar .<br />
Pero el texto <strong>de</strong> Culturas Prehispánicas habrá <strong>de</strong><br />
sorpren<strong>de</strong>rnos nuevamente más a<strong>de</strong>lante (p. 172),<br />
cuando un autor innominado nos dice que “hay estudiosos<br />
que cuestionan (...) la existencia <strong>de</strong> los chancas...”<br />
(los que asaltaron el Cusco en las primeras décadas<br />
<strong>de</strong>l siglo XV –3ª guerra en el Gráfico Nº 6a–),<br />
“sugiriendo más bien que fue una fabricación <strong>de</strong> la<br />
historia oficial <strong>de</strong>l estado incaico...”.<br />
“De cualquier forma –dice acto seguido asombrosamente<br />
el autor anónimo– la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> los chancas<br />
y la ascensión <strong>de</strong> Pachacútec” marcaron el inicio<br />
<strong>de</strong>l Tahuansintuyo. ¡Cómo “<strong>de</strong> cualquier forma”¡<br />
¡Existían o no existían¡ No hay otra posibilidad. Si no<br />
existían no podía <strong>de</strong>rrotárseles.<br />
Pues bien, María Rostworowski sale al paso <strong>de</strong> los<br />
escépticos y, enmendando a<strong>de</strong>más la plana a nuestro<br />
anónimo autor, cree que la imponente y costosísima<br />
fortaleza <strong>de</strong> Sacsahuamán fue –nada más y nada menos–<br />
que “un monumento a la victoria sobre los chancas”<br />
(p. 183).<br />
Y Luis Millones abunda precisando que la pequeña<br />
pero principal estatua <strong>de</strong> oro en el templo <strong>de</strong> Coricancha,<br />
en el Cusco, conmemoraba “la legendaria victoria<br />
sobre los chancas” (p. 186).<br />
Es obvio, pues –para Rostworowski y Millones,<br />
como para nosotros–, que existieron los chankas. Y<br />
que en aquel siglo XV <strong>de</strong>bieron constituir un pueblo<br />
gran<strong>de</strong> y po<strong>de</strong>roso, con un ejército igualmente gran<strong>de</strong><br />
y po<strong>de</strong>roso, como para que el memorable golpe que le<br />
infligió el ejército inka fuera celebrado con un gigantesco<br />
y costoso monumento, como jamás se había<br />
erigido en los An<strong>de</strong>s; y con una imagen mítico-religiosa<br />
cargada <strong>de</strong>l más alto simbolismo y significación;<br />
a menos que se asuma que Pachacútec era un<br />
megalómano que, tras una victoria insignificante, or<strong>de</strong>nó<br />
tan <strong>de</strong>sproporcionados y onerosos recordatorios).<br />
María Rostworowski, sin embargo, <strong>de</strong>bería contribuir<br />
a <strong>de</strong>sentrañar el “misterio” <strong>de</strong> cómo las que <strong>de</strong>nomina<br />
“hordas chankas <strong>de</strong>dicadas al pillaje”, que<br />
saquearon la gigantesca ciudad Wari en el siglo XII<br />
–2ª guerra en el Gráfico Nº 6a–, dieron paso, tres siglos<br />
más tar<strong>de</strong> –3ª guerra–, a un ejército suficientemente<br />
gran<strong>de</strong> como para que su <strong>de</strong>rrota justificara un<br />
monumento tan imponente como Sacsahuamán.<br />
Entre tanto, parece razonable asumir, cuando menos,<br />
una mínima coherencia entre la magnitud <strong>de</strong>l monumento<br />
y la magnitud <strong>de</strong>l ejército al que <strong>de</strong>rrotaron<br />
las huestes dirigidas por Pachacútec –4ª guerra–.<br />
Pues bien, avalando esa coherencia, María Rostworowski<br />
65 afirma que el trascen<strong>de</strong>ntal triunfo militar<br />
<strong>de</strong> Pachacútec representó al pueblo inka apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong><br />
un “cuantioso botín”.<br />
Sin embargo, la razonable y rotunda afirmación<br />
<strong>de</strong> Rostworowski sobre la magnitud <strong>de</strong>l botín capturado<br />
a los chankas, coloca en serios aprietos a la historiografía<br />
tradicional, pero por cierto también a la<br />
propia historiadora. Porque ella misma <strong>de</strong>fine a esos<br />
chankas que <strong>de</strong>rrotó Pachacútec como rústicos guerreros<br />
“con sus caras pintadas <strong>de</strong> negro y ocre, sus largos<br />
cabellos aceitados y menudamente trenzados” 66 .<br />
¿Idénticos –nos preguntamos– a las “bárbaras hordas<br />
<strong>de</strong> pillaje” que saquearon Wari tres siglos antes? Tal<br />
parece que sí, o –<strong>de</strong>bemos admitirlo–, ésa es cuando<br />
menos la imagen que nos queda <strong>de</strong> dichos guerreros.<br />
Resulta sin embargo muy difícil imaginar a esos<br />
rústicos y casi primitivos guerreros como poseedores<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 31