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TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

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Cuadro Nº 4<br />

Políticas <strong>de</strong> Conquista<br />

• Sumisión voluntaria<br />

“Diplomática” • Sumisión por prebenda<br />

• Sumisión por chantaje<br />

• Guerra <strong>de</strong> dominación y <strong>de</strong>sarraigo parcial<br />

Militares • Guerra <strong>de</strong> dominación y <strong>de</strong>sarraigo total<br />

• Guerra <strong>de</strong> exterminio<br />

Las conquistas “diplomáticas”<br />

Los calchaquíes <strong>de</strong> Tucumán (Argentina),<br />

habrían constituido un caso, probablemente<br />

poco frecuente y aislado, <strong>de</strong> “sumisión<br />

voluntaria” 119 e incondicional. La conducta<br />

<strong>de</strong> los calchaquíes <strong>de</strong> acercarse “doscientas<br />

leguas” con obsequios al ejército <strong>de</strong> Túpac<br />

Yupanqui que victorioso avanzaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

Altiplano hacia el sur, pudo ser, sin embargo,<br />

más una engañosa <strong>de</strong>cisión táctica que una<br />

“reprochable” sumisión.<br />

Sabían, en todo caso, que el enfrentamiento<br />

a un ejército <strong>de</strong>sproporcionadamente<br />

gran<strong>de</strong> podía conducirlos al exterminio –y,<br />

en consecuencia, a la cancelación absoluta <strong>de</strong><br />

su proyecto nacional–.<br />

Los calchaquíes, muy posiblemente, estaban<br />

al tanto <strong>de</strong> la infeliz suerte que habían<br />

tenido los cañete (y sobre la que abundaremos<br />

más a<strong>de</strong>lante)–.<br />

Con la sumisión, en cambio, podía evitarse,<br />

incluso, hasta la presencia <strong>de</strong> tropas <strong>de</strong><br />

ocupación. Y como la subordinación al imperio<br />

implicaba enviar exce<strong>de</strong>ntes al Cusco,<br />

con la sumisión voluntaria los calchaquíes se<br />

aseguraron la continuidad, aunque parcial, en<br />

la prosecusión <strong>de</strong> su proyecto nacional.<br />

Una segunda modalidad, quizá más frecuente<br />

que la anterior, fue pues la sumisión<br />

con prebenda. Es <strong>de</strong>cir, una aparente relación<br />

<strong>de</strong> intercambio en la que el kuraka <strong>de</strong>l pueblo<br />

amenazado entregaba la sumisión <strong>de</strong>l mismo<br />

y, en compensación, recibía nada <strong>de</strong>spreciables<br />

beneficios. Fue posible allí don<strong>de</strong> existían<br />

dirigentes, envilecidos y corruptos,<br />

acostumbrados a distingos y privilegios.<br />

Los estrategas inkas, que habían experimentado<br />

y conocían <strong>de</strong> cerca ese flanco,<br />

supieron aprovecharlo. Y recurrieron a esta<br />

política con gran frecuencia.<br />

Enviaban mensajeros a los kurakas <strong>de</strong> los<br />

territorios que querían ocupar, y –dice a este<br />

respecto Lumbreras 120 –, si éstos aceptaban la<br />

sumisión les concedían privilegios. Muchos<br />

kurakas fueron incapaces <strong>de</strong> resistir el feroz<br />

golpe <strong>de</strong> una dádiva generosa y bien calculada<br />

–mujeres, yanaconas para su servicio personal,<br />

vajilla <strong>de</strong> oro, ganado, etc.–. A cambio<br />

<strong>de</strong> ello sometieron a sus pueblos reconociendo<br />

la autoridad imperial –como reconoce<br />

Hernán<strong>de</strong>z 121 –.<br />

Los orejones, conocedores <strong>de</strong> sus propias<br />

gran<strong>de</strong>zas y <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s, eran perfectamente<br />

concientes <strong>de</strong> cuánto ambicionaba cada uno<br />

<strong>de</strong> ellos poseer mayores privilegios. Y <strong>de</strong> lo<br />

que eran capaces <strong>de</strong> hacer –ellos y otros– para<br />

conseguirlos. Es <strong>de</strong>cir, tenían perfecta conciencia<br />

<strong>de</strong>l enorme po<strong>de</strong>r disuasivo <strong>de</strong> un ofrecimiento<br />

obsequioso y abundante.<br />

En excelente prueba <strong>de</strong> que las apreciaciones<br />

estratégicas realizadas sobre sus enemigos<br />

habían sido correctas, no dudaban que,<br />

dadas muy similares condiciones, la reacción<br />

<strong>de</strong> muchas élites dominantes <strong>de</strong> los pueblos a<br />

conquistar sería semejante a la <strong>de</strong> ellos: sucumbirían<br />

más rápida, voluntaria y entusiastamente,<br />

mientras mayor fuera la magnanimidad<br />

<strong>de</strong> la oferta.<br />

<strong>El</strong> arma disuasiva instaurada fue sumamente eficaz.<br />

Se construyó sobre una <strong>de</strong>bilidad humana <strong>de</strong> gran<br />

universalidad: la ambición inescrupulosa. De allí que<br />

mantuvo efectividad y vigencia en todo tiempo y en<br />

todo espacio –en la historia <strong>de</strong> la humanidad–.<br />

<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 52

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