TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net
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se hacían acreedores a gratificaciones en comida,<br />
ropa, vajilla y mujeres.<br />
<strong>El</strong> hábitat regular <strong>de</strong> la élite inka originaria<br />
era un área reducida y céntrica <strong>de</strong>l valle<br />
<strong>de</strong>l Cusco. <strong>El</strong> resto, muchísimas hectáreas <strong>de</strong><br />
terreno 413 , era ocupado por la subalterna y<br />
postiza élite arribista.<br />
Los orejones, no obstante, en clarísima<br />
conducta citadina, prefirieron vivir en la misma<br />
ciudad <strong>de</strong>l Cusco, ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> nutrido<br />
grupo <strong>de</strong> yanaconas –afirma Espinoza 414 –.<br />
A través <strong>de</strong> un doblemente discriminatorio<br />
servicio escolar, sólo los <strong>de</strong>scendientes<br />
<strong>de</strong> la élite, pero <strong>de</strong> entre ellos específicamente<br />
los hijos varones 415 , alternaban con maestros<br />
–amautas–, que celosamente los preparaban<br />
para las tareas <strong>de</strong> gobierno, administrativas<br />
y religiosas, y en especialida<strong>de</strong>s técnicas<br />
y militares.<br />
Muchos <strong>de</strong> ellos, sin embargo, sobre todo<br />
en las postrimerías <strong>de</strong>l imperio, no llegaron a<br />
ejercerlas nunca. Porque al cabo <strong>de</strong> casi un<br />
siglo <strong>de</strong> vertiginosa expansión y ulterior <strong>de</strong>terioro,<br />
entrado el siglo XVI, el sector dominante<br />
<strong>de</strong>l Imperio Inka no fue capaz <strong>de</strong> eludir<br />
la laxitud, el <strong>de</strong>terioro moral y la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia.<br />
Los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> los rudos guerreros –dice<br />
Rostworowski 416 –, es <strong>de</strong>cir, los here<strong>de</strong>ros<br />
<strong>de</strong> la presumiblemente austera élite que ro<strong>de</strong>ó<br />
a Pachacútec, estaban totalmente embriagados<br />
<strong>de</strong> lujos, boato, ocio y lujuria bajo<br />
el imperio <strong>de</strong> su nieto Huayna Cápac.<br />
En esas circunstancias los orejones <strong>de</strong>jaron<br />
<strong>de</strong> ejercer los altos cargos públicos que<br />
ostentaban. Se constituyeron así en un conjunto<br />
ocioso que pasaba la vida vegetando,<br />
en gran<strong>de</strong>s juergas, banquetes y borracheras<br />
–registraron los cronistas Sancho y Pedro<br />
Pizarro 417 –, usufructuando todo tipo <strong>de</strong> privilegios.<br />
La poligamia,<br />
un excepcional privilegio<br />
Uno <strong>de</strong> esos privilegios, que <strong>de</strong>jó en evi<strong>de</strong>ncia<br />
el discriminatorio carácter machista<br />
<strong>de</strong> la sociedad inka, fue la poligamia –para la<br />
que, como se ha visto, algunos autores utilizan<br />
también el término “poliginia” 418 –.<br />
<strong>El</strong> Inka podía tomar como esposas, <strong>de</strong><br />
modo libérrimo todas cuantas él <strong>de</strong>cidiera y<br />
en cuanto poblado quisiera. Pachacútec, Túpac<br />
Yupanqui y Huayna Cápac tuvieron esposas<br />
secundarias en todas las naciones que<br />
integraron el territorio imperial –afirma Espinoza<br />
419 –. A Huayna Cápac, por ejemplo, se<br />
le atribuye más <strong>de</strong> 500 esposas secundarias<br />
–dice el mismo autor 420 –.<br />
La poligamia practicada por los inkas<br />
–sigue diciendo Espinoza 421 –, era una <strong>de</strong> las<br />
más extensas que hayan podido existir en<br />
cualquiera otra parte <strong>de</strong>l mundo. Sin embargo,<br />
no hay evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que todas las mujeres<br />
<strong>de</strong>l Inka hubieran vivido juntas. De haber<br />
ocurrido, “fácil habría sido entonces darse<br />
cuenta <strong>de</strong> que el serrallo real andino superaba<br />
a cualquier harem <strong>de</strong> otras monarquías<br />
<strong>de</strong>spóticas <strong>de</strong>l mundo” –afirma el mismo<br />
Espinoza 422 –.<br />
Simultáneamente, pero en menor magnitud,<br />
el privilegio <strong>de</strong> la poligamia alcanzó a<br />
otros varones. Para los miembros <strong>de</strong> la élite<br />
imperial, tener muchas mujeres “era su principal<br />
hacienda” –registró el cronista y licenciado<br />
Juan Polo <strong>de</strong> On<strong>de</strong>gardo 423 –.<br />
Quizá <strong>de</strong> ser un monopolio original <strong>de</strong> los<br />
orejones, tal como había ocurrido en otros<br />
aspectos, <strong>de</strong>bió hacerse extensivo a los miembros<br />
<strong>de</strong> la subalterna y postiza élite arribista,<br />
y a todos aquellos que por sus acciones relevantes<br />
recibieron mujeres en premio –afirman<br />
Rostworowski y Espinoza 424 –.<br />
<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 95