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TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte - Eumed.net

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dada –reconoce Murra 353 –. Quienes para disimular<br />

su i<strong>de</strong>ntidad o facilitar su fuga utilizaban<br />

por ejemplo un vestido distinto al típico<br />

<strong>de</strong> su pueblo, eran sometidos a severo castigo<br />

354 . La primera vez que un individuo fugaba<br />

era castigado sometiéndosele a distintos<br />

tormentos. Y la reinci<strong>de</strong>ncia fue penada con<br />

la <strong>muerte</strong> 355 .<br />

De otro lado, aunque compartieran el área<br />

asignada con mitimaes <strong>de</strong> otros pueblos, les<br />

estaba vedado casarse con personas que no<br />

fueran <strong>de</strong>l suyo 356 . Incluso –contra lo que<br />

muchas veces ha sostenido la historiografía<br />

tradicional –sus tradicionales prácticas religiosas<br />

les fueron combatidas 357 –.<br />

En síntesis, pues –como observa Emilio<br />

Choy 358 –, el po<strong>de</strong>r imperial tuvo <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

vida y <strong>muerte</strong> sobre los mitimaes.<br />

Los enormes costos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro compulsivo<br />

pue<strong>de</strong>n i<strong>de</strong>ntificarse como <strong>de</strong> dos tipos:<br />

materiales o tangibles y sicológicos o intangibles.<br />

Los grupos que quedaban en sus tierras<br />

ancestrales perdieron a sus técnicos más calificados,<br />

a muchos <strong>de</strong> sus más experimentados<br />

agricultores y muchos <strong>de</strong> los más prometedores<br />

<strong>de</strong> sus jóvenes. Quizá nunca los<br />

vieron regresar. Y vieron llegar a su suelo a<br />

grupos extraños, con idioma diferente y usos<br />

y costumbres distintas.<br />

Quienes partían <strong>de</strong>bieron abandonar muchas<br />

<strong>de</strong> sus pertenencias, soportar largas y<br />

pesadas caminatas <strong>de</strong> traslado, edificar nuevamente<br />

sus viviendas, rehacerse <strong>de</strong> pertenencias,<br />

y a<strong>de</strong>cuarse a un suelo y clima diferente<br />

y hasta hostil.<br />

En el or<strong>de</strong>n sicológico, todos sufrieron la<br />

pérdida <strong>de</strong> seres queridos, la restricción <strong>de</strong><br />

alternar con sus nuevos vecinos, <strong>de</strong>bieron soportar<br />

el combate <strong>de</strong> sus prácticas religiosas,<br />

y sufrir todo tipo <strong>de</strong> restricciones, humillaciones<br />

y castigos.<br />

Es pues harto comprensible que el conjunto<br />

<strong>de</strong>bió generar gran<strong>de</strong>s niveles <strong>de</strong> <strong>de</strong>scontento,<br />

insatisfacción y frustración.<br />

<strong>El</strong>lo explica que, al momento <strong>de</strong> la conquista<br />

española, apenas <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> tener vigencia<br />

el proyecto imperial inka, miles y miles<br />

<strong>de</strong> mitimaes, sintiéndose “libres”, actuando<br />

conforme a su voluntad y en procura <strong>de</strong> su<br />

propio beneficio, abandonaron su <strong>de</strong>stierro y<br />

regresaron presurosos a sus tierras.<br />

Así actuaron por ejemplo –asegura Espinoza<br />

359 –, los <strong>de</strong> la colonia múltiple <strong>de</strong> mitimaes<br />

que ocupó los valles <strong>de</strong>l Pachachaca y<br />

Abancay. Y, en mayor o menor medida, los<br />

<strong>de</strong> todas las colonias <strong>de</strong> mitimaes esparcidas<br />

en el vasto territorio andino. A este respecto,<br />

el cronista Cristóbal <strong>de</strong> Mena 360 registró que,<br />

a la <strong>muerte</strong> <strong>de</strong> Atahualpa:<br />

...se fue cada uno a su tierra, que por<br />

fuerza eran tenidos allí los más...<br />

Lejos pues estuvo la realidad <strong>de</strong> que –a<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Del Busto –se cumpliera <strong>de</strong>finitivamente<br />

el objetivo <strong>de</strong> la “sabia” política <strong>de</strong><br />

transplantes poblacionales que implantó Pachacútec.<br />

En efecto, según el cronista Sarmiento<br />

<strong>de</strong> Gamboa 361 , el Inka había pretendido<br />

que esos mitimaes estuvieran:<br />

lejos unos <strong>de</strong> otros y cada uno tan lejos<br />

<strong>de</strong> su suelo, que no se pudiesen volver a<br />

él.<br />

Si como hasta ahora se presume, los grupos<br />

<strong>de</strong> mitimaes no inkas tuvieron en la<br />

vecindad a mitimaes inkas que –según Del<br />

Busto 362 –les enseñaron las leyes y costumbres<br />

inkas, las formas <strong>de</strong> trabajo y artes inkas<br />

y la lengua y la religión inka –cada lección<br />

más “buena” y “mejor” que la otra, <strong>de</strong>bemos<br />

<strong>TAHUANTINSUYO</strong>: <strong>El</strong> <strong>cóndor</strong> <strong>herido</strong> <strong>de</strong> <strong>muerte</strong> • Alfonso Klauer 88

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