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El Cine Segun Hitchcock.pdf - Daniel Melero

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IgO François Truffaut<br />

mente, pero, sea como sea, trabajan a su favor cuando<br />

vuelve a distribuirse varios años después; nos damos<br />

cuenta de que sigue siendo sólido y que no ha pasado<br />

de moda.<br />

F.T. Continuando con el proceso de I Confess, cuando<br />

a Montgomery Clift le declara inocente el tribunal, hay<br />

un principio de guión que se encuentra en varios de sus<br />

films: el personaje se halla súbitamente en regla con la<br />

justicia, pero es condenado como hombre, pues alguien<br />

del tribunal censura la absolución. Esto mismo se produce<br />

en Vértigo.<br />

A.H. Ocurre a menudo en los procesos cuando hay insuficiencia<br />

de pruebas para condenar al acusado. En las salas<br />

de justicia de Escocia, existe un veredicto adicional<br />

que se llama «No probado.»<br />

F.T. En Francia se dice: «Absuelto en beneficio de la<br />

duda.»<br />

A.H. Hacia 1890 tuvo lugar un proceso célebre sobre el<br />

que he pensado varias veces hacer una película. Ahora no<br />

podría por culpa de Jules et Jim. ¡Porque se trata también<br />

de un matrimonio triangular! Es una historia verdadera.<br />

<strong>El</strong> viejo marido y la joven esposa estaban aparentemente<br />

muy contentos de permitir al reverendo del pueblo<br />

que se instale en su casa con su bata y sus zapatillas.<br />

<strong>El</strong> marido se iba al trabajo y el reverendo se sentaba a<br />

leer poesías acariciando la cabeza de la mujer sentada en<br />

sus rodillas. Pensaba rodar una escena que mostrara al<br />

reverendo y a la mujer haciendo el amor de una manera<br />

violenta bajo la mirada del marido sentado en su mecedora,<br />

con la pipa en la boca y, como estaría fumando con<br />

gran satisfacción, retiraría la pipa de sus labios y la volvería<br />

a colocar, haciendo así como ruidos de besos con la<br />

boca. Y ahora le cuento la continuación de su historia.<br />

Un día, cuando el reverendo está ausente, el marido<br />

dice a su mujer: «Yo también quiero un poco de eso.»<br />

<strong>El</strong>la contesta: «No hay nada que hacer, me lo has dado<br />

(se refiere al reverendo) y ahora ya no puedo volverme<br />

atrás.» Poco después de esta escena, el marido, el señor<br />

Bartlett, muere envenenado con cloroformo. La señora

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