Manual de Teoría y Práctica del Acondicionamiento Físico
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3.6.1.2. Hipertensión Arterial<br />
Diversos estudios realizados a partir <strong>de</strong> 1984 ponen <strong>de</strong> manifiesto la relación inversa<br />
entre actividad física e hipertensión arterial. Martín et al. (1990) valoran el efecto <strong>de</strong>l trabajo<br />
dinámico durante 10 semanas en individuos se<strong>de</strong>ntarios <strong>de</strong> 16-60 años y comprueban que se<br />
produce una reducción significativa <strong>de</strong> la presión arterial en pacientes con hipertensión. Esta<br />
modificación no está asociada a la pérdida <strong>de</strong> peso, por lo que posiblemente el ejercicio físico<br />
actúa como factor in<strong>de</strong>pendiente.<br />
El efecto favorable <strong>de</strong> los programas <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rada intensidad sobre la<br />
hipertensión arterial se <strong>de</strong>be a la reducción <strong>de</strong>l volumen plasmático y la concentración <strong>de</strong><br />
norepirefrina en plasma. En pacientes hipertensos, especialmente con niveles bajos <strong>de</strong> renina,<br />
el ejercicio constituye un importante agente no farmacológico en el tratamiento <strong>de</strong> la<br />
hipertensión arterial al disminuir la actividad simpatico-adrenérgica y aumentar los niveles <strong>de</strong><br />
postaglandinas.<br />
El control <strong>de</strong> la presión arterial mediante programas <strong>de</strong> ejercicio en la población <strong>de</strong><br />
mediana edad es una medida eficaz <strong>de</strong> prevención primaria; no obstante, los programas <strong>de</strong><br />
ejercicio en niños y adolescentes son más eficaces <strong>de</strong>bido a que en éstos la actividad física y<br />
<strong>de</strong>portiva es más intensa y no se han <strong>de</strong>sarrollado todavía los signos <strong>de</strong> la enfermedad, ni<br />
existe repercusión sobre el sistema cardiovascular. Strazullo et al. (1988) han estudiado el<br />
efecto <strong>de</strong>l ejercicio sobre la presión arterial, comprobando que los niños más entrenados<br />
tienen cifras <strong>de</strong> presión arterial más bajas. El ejercicio físico es a la vez, un factor<br />
in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la edad y <strong>de</strong> la obesidad. Guillum et al. (1989) ha observado que los<br />
adolescentes que realizan trabajo dinámico mejoran su hipertensión arterial al disminuir el<br />
peso y mejorar la función cardiopulmonar. Los adolescentes obesos presentan cambios<br />
estructurales que afectan a las resistencias vasculares. Esta alteración se modifica<br />
significativamente al per<strong>de</strong>r peso y en mayor grado si se asocia al ejercicio físico en pacientes<br />
con hipertensión arterial es la regularidad e intensidad mo<strong>de</strong>rada <strong>de</strong> predominio aeróbico.<br />
Lo más importante <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> ejercicio físico en pacientes con hipertensión<br />
arterial es la regularidad e intensidad mo<strong>de</strong>rada y <strong>de</strong> predominio aeróbico.<br />
3.6.1.3. Factores <strong>de</strong> Coagulación<br />
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