Tomo I (pdf) - Dirección General de Fondos Comunitarios

Entre las prioridades para la rehabilitación figura de forma destacada la salvaguarda del
patrimonio residencial de los núcleos históricos, mediante los programas de recuperación de
los viejos núcleos urbanos, que tienen como objetivo posibilitar la renovación urbana de
pequeños sectores situados en los núcleos históricos de las ciudades, con un elevado grado de
deterioro y en los que se llevan a cabo actuaciones integrales de substitución de las viviendas
con mayores condiciones de precariedad. Mediante esta línea se fomentan las obras de
rehabilitación de las viviendas construidas entre 1960 i 1980, muchas de ellas en un estado de
conservación deficiente, y asimismo de estimular a los propietarios o residentes para la mejora
de las condiciones de confort en las viviendas no urbanas situadas en lugares de montaña o
población dispersa rural.
En relación con la pervivencia de la ciudad antigua, los programas públicos de ayuda y
financiación van encaminados a la mejora de la urbanización y los servicios, a menudo
insuficientemente dimensionados para los usos a que son requeridos, de forma que la política
de incorporación de nuevos suelos para su urbanización y adjudicación puede ser evaluada
basándose en criterios de sostenibilidad territorial.
Por otra parte, los entes locales de Cataluña, debido a sus competencias en la materia,
asumen un claro protagonismo en este tipo de actuaciones, donde confluyen objetivos de
mejora del medio ambiente urbano y rural y actuaciones claramente orientadas a potenciar la
actividad económica.
Desde el punto de vista de la mejora medioambiental de pueblos y ciudades, se realizarán
actuaciones de esponjamiento de aglomeraciones excesivamente densas, tanto en los cascos
históricos como en las urbanizaciones residenciales características de los años 50-60, creando
o recuperando zonas verdes urbanas, y atendiendo a la mejora de la calidad y la minoración
del impacto medioambiental de las infraestructuras y los servicios urbanos, establecidos en
épocas anteriores, cuando la sensibilidad al respecto era escasa o nula. Se prestará una
especial atención a las actuaciones de encauzamiento de los tramos urbanos de los cursos
fluviales para evitar los riesgos derivados de las avenidas.
Otra situación que requiere frecuentemente actuaciones de cierta envergadura son las
derivadas de las deficiencias en infraestructuras, redes de servicios (agua, electricidad, gas,…)
y equipamientos en zonas residenciales urbanas de baja calidad, o en las zonas rurales o
periurbanas. Por ejemplo, las llamadas “urbanizaciones”, nacidas con vocación de segunda
residencia, que en amplias zonas del territorio elegible se han transformado en zonas urbanas,
y donde con frecuencia los antiguos promotores han desaparecido sin cumplir sus
compromisos en lo referente a la dotación de infraestructuras.
En los núcleos urbanos situados en el ámbito rural, se aprecia con frecuencia que los niveles
de prestación de servicios municipales (incluyendo el suministro energético, telefónico,
agua,…) no se encuentran a la altura de los estándares existentes en las zonas más
urbanizadas. Esa diferencia actúa como elemento de disuasión a la hora de intentar promover
la diversificación de actividades y, en general, es un serio obstáculo para cualquier política de
reequilibrio territorial. Las actuaciones de los entes locales tendentes a mejorar esos niveles de
equipamientos y servicios se considerarán como aportaciones muy positivas para la
consecución de este objetivo.
Las actuaciones de los entes locales en materia de rehabilitación rural y urbana atenderán
también a la potenciación de la actividad económica, mediante actuaciones específicas en las
zonas donde se detecten procesos de degradación urbana y fuga de la actividad comercial, en
particular en los cascos históricos de pueblos y ciudades, donde la combinación de
infraestructuras anticuadas, la aparición de las grandes superficies comerciales en zonas
periurbanas, y la competencia de las zonas recientemente urbanizadas, provoca la huida de la
población más joven y de más alto poder adquisitivo, sustituida muchas veces por grupos
sociales con dificultades de integración, y el declive o desaparición del comercio. La
experiencia demuestra que actuaciones integrales de rehabilitación urbana pueden revertir
dichos procesos, transformando los viejos cascos históricos en localizaciones atractivas para la
actividad comercial y los usos residenciales.
486