Informe completo - Asociación de Investigación y Estudios Sociales

Violaciones de derechos humanos sufridas por migrantes en territorio guatemalteco…“Nunca me imaginé qué tanto meiba a arriesgar: entre las espinas,los barrancos, los animales, cruzarlos potreros donde está el ganado,las víboras, el sonido de los coyotes...y si tenemos mala suerte quenos picara una víbora y nunca lotomamos en cuenta”. Mujer entrevistadaen Júpiter, Florida.Pareciera ser que los riesgos seincrementan conforme el individuo seva acercando a su destino final. Porejemplo, hoy en día México constituyeuno de los países más difíciles de cruzar–de manera indocumentada–, debido ala serie de medidas de control y verificaciónmigratoria impulsadas por ese paísen el marco de políticas restrictivas y dedetención de la migración.Las entrevistadas, que actualmentese encuentran en Estados Unidos deAmérica, narraron la historia de losriesgos que, una y otra vez, tuvieron queenfrentar durante su tránsito por México.Las situaciones enfrentadas tuvieron quever con un sufrimiento tan profundo quedefinitivamente atenta con la seguridadhumana: largas horas de camino, sinagua, sin comida, sin cobijo; sumado arobos, asaltos y violaciones; que finalmenteterminan con la casi pérdida dela vida debido a eventos naturales y/oamenazas de personas.“Y dijo que nos lleváramos una bolsay, me dijo después, tú sabes nadar;yo dije que no; bueno, desvístete; yome dejé en ropa interior. Inflaron lasbolsas y me iban empujando, luego,él iba fumando marihuana.Caminaron como 4 ó 5 horas y era denoche. Aparte de que se cruza el ríopara llegar a Broosley y ya no se mirabanada y solamente se calculabadonde caminar, entonces me hundí ycomo no sé nadar, y me agarré de unaraíz de árbol. Yo pensé que me iba aahogar y cuando vi todos se fueron,y regresó alguien a sacarme y nopodía sacar la cabeza y tampoco mispies topaban abajo. En eso alguienme sacó y yo tiré toda mi ropa y nome importó, la tierra se desmorona yuno trata de correr y llueve fuerte…estábamos en la raíz de un árbolgrandote y la migración pasaba…”Mujer migrante entrevistada en Júpiter,Florida. Agosto de 2005“Luego entramos a un lugar conmuchos árboles y dijo el coyote:allí está el árbol de la vida. Es unárbol grandísimo, ni se imaginanlos miles de botes de agua que hayallí abajo, algunos ponen su nombreen el árbol. Hay ropa, de todo, esincreíble. Dijo que caminaríamosmuy poco, cuando de repente empezamosa caminar entre tunas y todoel brazo raspado y mis piernas rotas–137–