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desmadres y tareas críticas según enrique serna<br />
tas: el redentor escéptico”, los camaradas de aquel novelista (específicamente<br />
respecto a Los días terrenales) denotaron una grave intolerancia estética<br />
porque “no podían disociar los valores literarios de los dogmas políticos, ni<br />
conceder al arte una esfera autónoma”. 29 El contexto mayor, no discutido por<br />
Serna, es que ese problema se ha vuelto endémico en América Latina. Y si,<br />
según él, Revueltas “No alcanzó la madurez estilística, el pleno dominio del<br />
arte narrativo, hasta que se independizó intelectualmente de la castradora<br />
doctrina que le querían imponer los cuadros dirigentes de su partido”, otra<br />
realidad es que otros escritores latinoamericanos sufrieron similares emasculaciones<br />
durante las primeras tres décadas del siglo pasado. 30<br />
Los cultores de políticas de identidades anacrónicas y los reproductores<br />
de iconografías de la lucha de los pueblos son las figuras perfectas para<br />
ocupar el lucrativo lugar de continuador de la obra de narradores comprometidos<br />
de los años veinte y treinta, de la Revolución Cubana, el sandinismo y sus<br />
retoños actuales. Todo lo que hacen es tan reconocible, tan fácil de predecir y<br />
tan complaciente con su público, es decir, tan opuesto a lo que debería ser el<br />
arte de nuestro tiempo, que para el oficialismo intransigente resultan ser los<br />
artistas ideales. Por eso Serna opina que “Revueltas jamás cayó en esa trampa<br />
de la soberbia”, y su congruencia entre vida y obra eran virtudes raras<br />
en un medio “en donde muchos escritores mediocres, pero también algunos<br />
de [nuestros] mayores talentos, acaban sometidos parcial o totalmente a la<br />
maquinaria de cooptación, después de haberla combatido en la juventud”.<br />
Si es comprobable que “A menudo, el celo partidista de la izquierda<br />
crea una confusión entre el mérito cívico y el mérito literario que ha beneficiado<br />
a muchos escritores de segunda fila, incapaces, ellos sí, de arriesgarse<br />
a blasfemar contra los pontífices de su iglesia (Fidel Castro, Hugo Chávez,<br />
Marcos, amlo [Andrés Manuel López Obrador]) por el temor de ‘darle armas<br />
al enemigo’, o simplemente por miedo a perder lectores”, 31 el celo de Serna<br />
29<br />
Enrique Serna, “José Revueltas: el redentor escéptico”, en Crítica, Puebla, septiembre-octubre<br />
de 2014, núm. 161, pp. 107-124.<br />
30<br />
Véase, “Salvador y Palacio: política literaria, novela y psicoanálisis andino en los<br />
años treinta”, en mi Cartografía occidental de la novela hispanoamericana, Centro Cultural<br />
Benjamín Carrión, Quito, 2010, pp. 95-157.<br />
31<br />
Enrique Serna, “José Revueltas: el redentor escéptico”, en Op. cit.<br />
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