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novela, y eso se agradece enormemente,<br />
teorías de la conspiración.<br />
Los tres siguientes capítulos de la<br />
novela exploran esta pregunta, aunque<br />
basándose fundamentalmente en los Evangelios.<br />
(No necesita textos apócrifos. Su<br />
pregunta es más importante.)<br />
Lo que mueve gran parte de esta parte<br />
de la narración es el enfoque sobre<br />
dos personajes históricos: san Pablo y<br />
su discípulo Lucas. En concreto, Carrère<br />
está interesado fundamentalmente<br />
en un pasaje contado en Hechos de los<br />
apóstoles (probablemente escrito por el<br />
propio Lucas), durante su viaje hacia<br />
Damasco. Éste es el momento en que<br />
se le presenta Jesús resucitado.<br />
Hasta ese momento Pablo se llamaba<br />
Saúl. Era de orígenes judíos, pero tenía<br />
fuertes influencias culturales helenísticas<br />
(sabía griego y escribió en esa<br />
lengua), como buena parte del este del<br />
Mediterráneo. La aparición de Cristo<br />
transforma su vida, al punto que se dedica<br />
a recorrer Asia tratando de llevar<br />
su mensaje a lo largo y ancho del Imperio.<br />
Pablo fue un personaje polémico<br />
para los judíos más conservadores,<br />
entre ellos Pedro, Santiago y Juan, los<br />
tres apóstoles más importantes del séquito<br />
de Jesucristo. La polémica consistía<br />
en que Pablo buscaba convertir al<br />
cristianismo a legiones de gentiles, los<br />
no judíos, a pesar de que el propio Jesús,<br />
y su iglesia, eran de esos orígenes.<br />
Esto incomodaba a Pedro que, a pesar<br />
de todo, era un judío que, en el fondo de<br />
su corazón, ansiaba la liberación del yugo<br />
romano que dominaba Judea por entonces.<br />
Jesús había sido fundamentalmente<br />
un líder anti-romano.<br />
El hecho de que Pablo de Tarso hubiera<br />
cristianizado a gentiles, sin obligarlos<br />
a convertirse a su vez al judaísmo,<br />
lo convirtió en enemigo para Jerusalén<br />
(donde fue encarcelado), pero también,<br />
posteriormente, para Roma, donde finalmente<br />
fue ejecutado por sedición. Esto<br />
es harto conocido. Lo que le interesa a<br />
Carrère es esa escisión en la vida de<br />
Saúl, llamado Pablo. Ese momento en<br />
donde deja de ser un individuo, para<br />
convertirse en otro, y llevar a tal extremo<br />
ese segundo papel que terminaría<br />
por fundar la Iglesia Católica.<br />
Ya en otras novelas Carrère había explorado<br />
esta cuestión. El bigote, por dar<br />
un ejemplo, trata sobre un hombre que<br />
atraviesa una crisis de fe (se ha rasurado<br />
el bigote y nadie repara en ello, incluso<br />
le dicen que nunca lo llevó), como<br />
si de repente le hubiesen revelado que<br />
la tierra no es redonda. O, si fuera cristiano,<br />
que Dios no existe.<br />
La novela más importante con la que<br />
el propio Carrère trabaja en El Reino es<br />
El adversario. Llama la atención, incluso,<br />
cómo su época cristiana (aquella<br />
explorada en el primer capítulo de la<br />
obra) tuvo como consecuencia la escritura<br />
sobre ella. Tuvo tanta influencia que,<br />
explica, los cuadernos de notas sobre Romand<br />
(el protagonista de esa novela),<br />
comparte una caja con sus apuntes sobre<br />
los Evangelios. Lo que más llama la<br />
atención de Romand no era que hubiera<br />
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