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Las Sabanas de Barinas - MinCI

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guardia!’ y a pesar <strong>de</strong> todas las súplicas fusiló en el acto almaestro carpintero. En seguida promovió al oficial mayor queestaba allí temblando <strong>de</strong> miedo, para llenar el puesto vacante, yle or<strong>de</strong>no que le <strong>de</strong>terminase un día para rematar el trabajo,agregando (advertencia que sin duda holgaba en aquella ocasión)la terrible palabra: ‘¡Cuidado!’“Viendo López, él jefe español, que tenía que habérselas conun general ducho y no con una Asamblea <strong>de</strong> civiles, volviósobre sus pasos y escapó antes que Monagas cayera sobre él.Cuanto a Bolívar fue tanta su complacencia por la forma en queArismendi había emprendido la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Angostura, que hubo<strong>de</strong> perdonarle en absoluto la pasada ocurrencia, reintegrándoloa su gobierno <strong>de</strong> Margarita, amén <strong>de</strong> nombrar ayudante suyo aljoven Arismendi (7).“¡Cuéntenos ahora, le dijo Páez, si ha vuelto a verse con suantiguo amigo y general don Simón, pues si no me equivoco,usted no salió <strong>de</strong> Cumaná en muy buenos términos con él!“Ya verá usted, repuso Bonjean; estoy tan reconciliado con élque hace poco le serví <strong>de</strong> intérprete durante un convite con quecelebró la llegada <strong>de</strong> un enviado <strong>de</strong> Norteamérica (8). AunqueBolívar, como usted bien lo sabe, es el más sobrio <strong>de</strong> los generalespatriotas, estaba casi borracho <strong>de</strong> alegría con la insólitarecepción <strong>de</strong> un enviado, y unos poquísimos brindis, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>la comida, vinieron a rematar la obra. Mucho me divertí oyéndolepronunciar algunos discursos extravagantes, hasta que en elcolmo <strong>de</strong>l entusiasmo se encaramó en la mesa con las gran<strong>de</strong>sbotas que siempre usa; se paseó por ella con toda la solemnidadque pudo asumir, y llegado que hubo al extremo don<strong>de</strong> se hallabaSantiago Mariño, exclamó: “¡Así iré <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Panamá hasta elCabo <strong>de</strong> Hornos!” Volvió luego a su puesto por fortuna sinhaber hecho estrago alguno en la mesa, y agregó: “¡Así regresarésin dañar a nadie que no se interponga en mi camino! (9)”“El viejo piloto <strong>de</strong>l barco <strong>de</strong> Bonjean había seguido a esteúltimo, cuando abandonó la ruidosa francachela <strong>de</strong> la Guardia121

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