12.07.2015 Views

Las Sabanas de Barinas - MinCI

Las Sabanas de Barinas - MinCI

Las Sabanas de Barinas - MinCI

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“Cierto verano, cuando el chico había cumplido ya los cincoaños, estuve ausente por una semana con mis compañeros <strong>de</strong>piragua, pescando en la boca <strong>de</strong>l Cabullare, don<strong>de</strong> había unparaje excelente para coger róbalos; regresé temprano a Caicaraun domingo por la mañana, con regular cargamento <strong>de</strong> pescadoy me asaltó 1a sospecha <strong>de</strong> que ocurría algo al no ver a Luisitoen la roca <strong>de</strong>l pan <strong>de</strong> azúcar, cerca <strong>de</strong>l embarca<strong>de</strong>ro, don<strong>de</strong>siempre acostumbraba situarse para espiar la vuelta <strong>de</strong> la piragua,con el objeto <strong>de</strong> llevarle el mejor pescado a su maestro elCura, si podía con la carga. Cuando salté a tierra fui recibido porun grupo <strong>de</strong> picoteros <strong>de</strong> al<strong>de</strong>a que pugnaban por <strong>de</strong>cidir quiénsería el primero en darme la noticia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>lmuchacho, ocurrida la noche antes! Afirmaban algunos que elespectro <strong>de</strong> don Luis (¡Ave María!) se le había aparecido a miesposa; otros, que los duen<strong>de</strong>s cargaron con el chico porquesabía más <strong>de</strong> lo conveniente para una persona que no poseyeselas sagradas ór<strong>de</strong>nes, y no pocos imaginaban que hubiese caídoen el Orinoco, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong> los peñascos, don<strong>de</strong> solía jugarcuando yo andaba <strong>de</strong> pesca; pero todos coincidían en el hecho<strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición.“Abandoné piragua y pescado para correr al rancho, don<strong>de</strong>me encontré con Jacinta <strong>de</strong>shecha en lágrimas y en compañía<strong>de</strong>l Padre Cura, que acudió al primer rumor <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong>lchico, para cerciorarse <strong>de</strong> la verdad. Me refirió ella que haciamedia noche, acostada pero <strong>de</strong>spierta, escuchaba el viento quebatía con furia en el río, hasta convertirse en huracán, abultadopor su medrosa imaginación. Ya iba a levantarse para ponerleuna luz, en nombre mío, a San Antonio, cuando sintió abrirse lapuerta y creyó al primer instante que yo estaba <strong>de</strong> regreso; salióa prisa <strong>de</strong>l aposento para recibirme, muy creída <strong>de</strong> que era yo,pero quedó estupefacta al ver la corpulenta figura <strong>de</strong> un hombre,en parte vestido <strong>de</strong> piel <strong>de</strong> venado, y en quien, a pesar <strong>de</strong> suespanto pudo reconocer a don Luis, a la luz <strong>de</strong> la luna que porla puerta abierta penetraba tan clara como la <strong>de</strong>l día.140

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!