12.07.2015 Views

Las Sabanas de Barinas - MinCI

Las Sabanas de Barinas - MinCI

Las Sabanas de Barinas - MinCI

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

operación repitióse con la mula restante; y al fin nosotros pasamospor parejas en la tarabita, libres <strong>de</strong> todo acci<strong>de</strong>nte.“Como la travesía <strong>de</strong>l precipicio ocupó todo el resto <strong>de</strong>l día,<strong>de</strong>terminamos pernoctar en la choza <strong>de</strong>l guarda <strong>de</strong> la tarabita;eltiempo, aunque lluvioso, mostrábase hasta entonces relativamentebenigno, pero al anochecer las crecientes ráfagas <strong>de</strong> vientoy el confuso rumor <strong>de</strong> un trueno remoto, nos advirtieron laaproximación <strong>de</strong> una tempestad <strong>de</strong> invierno, la cual vino con tanespantosa rapi<strong>de</strong>z que a los pocos instantes estaba en su apogeo.EI viento aullaba en la copa <strong>de</strong> los cedros, a cuya sombra habíanconstruido el rancho don<strong>de</strong> nos refugiábamos, doblegándolosy sacudiéndolos como si fuesen débiles arbustos, mientras losrelámpagos iluminaban por intervalos toda la selva, jugueteandoentre los troncos <strong>de</strong> los árboles y fingiendo llenar la choza,don<strong>de</strong> todos los indios se habían amontonado. Truenos estrepitosossucedían instantáneamente a cada relámpago, estremeciendola tierra que pisábamos, casi sin receso alguno. Nosencontrábamos realmente en medio <strong>de</strong> la tempestad, porque aunno habíamos ascendido sobre el nivel ordinario <strong>de</strong> las nubes.“Jamás había presenciado yo escena tan espantosa; losindios, a pesar <strong>de</strong> su flema característica, no podían contemplarlacon su calma habitual y cuando relámpago tras relámpago fulgurabaa través <strong>de</strong> todos los resquicios en la frágil habitación,retratábase en sus bronceados rostros una expresión mortal <strong>de</strong>terror, ajena <strong>de</strong>l todo a su ingénito aire <strong>de</strong> orgullosa indiferencia.Saqué <strong>de</strong> mi baúl una pequeña imagen <strong>de</strong> San Antonio,todopo<strong>de</strong>rosa contra las tempesta<strong>de</strong>s, y me prosterné ante ella,pidiendo a todos los presentes que me acompañasen en los ruegosal santo. Sólo Julián obe<strong>de</strong>ció a mi exhortación, porque loscachiríes, que aun conservan vestigios <strong>de</strong> idolatría, adoran pormiedo a un <strong>de</strong>monio, a quien atribuyen el origen <strong>de</strong> todo mal,muy especialmente en las regiones salvajes <strong>de</strong> la Cordillera. Apesar <strong>de</strong> mis amonestaciones continuaban musitando sus invocacionesmágicas al Vulto <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, cuya resi<strong>de</strong>ncia suponensituada en los cráteres <strong>de</strong> los volcanes apagados que se82

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!