12.07.2015 Views

Las Sabanas de Barinas - MinCI

Las Sabanas de Barinas - MinCI

Las Sabanas de Barinas - MinCI

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“Una <strong>de</strong> mis primeras compañeras y amigas en aquella épocaventurosa fue Carmelita Ibáñez, hija <strong>de</strong> un viudo rico que por sufalta <strong>de</strong> instrucción, origen oscuro y convencimiento <strong>de</strong> su propiainferioridad ansiaba mucho darle una buena educación a suhija y amistarla con la hidalguía <strong>de</strong> la ciudad. Ambas ingresamosal mismo tiempo en el convento <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Monjas Agustinas,don<strong>de</strong> ocupamos celdas contiguas y se nos colocó al cuidado yatención <strong>de</strong> una misma Hermana. Nuestra intimidad fué tantaque nos hicimos compañeras inseparables a las horas <strong>de</strong> asuetoy cuando recibíamos las visitas <strong>de</strong> nuestras familias en la reja<strong>de</strong>l locutorio. Como una y otra estábamos en cuenta <strong>de</strong> quenuestros padres no nos <strong>de</strong>stinaban para el velo negro, sabíamosque nuestra resi<strong>de</strong>ncia en el claustro era temporal y nos hallábamostan distantes <strong>de</strong> experimentar impaciencia alguna por el fin<strong>de</strong> nuestra reclusión, que consi<strong>de</strong>rábamos la hora <strong>de</strong> volver anuestros respectivos hogares, muy convencidas como estábamos<strong>de</strong> que la relativa libertad que disfrutaríamos entonces nocompensaría la necesaria interrupción <strong>de</strong> nuestro trato íntimo yfamiliar.“Pocos meses antes <strong>de</strong>l día fijado para nuestra salida <strong>de</strong>l conventomi único hermano, Mariano, regresó <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong> laCompañía, en Popayán, don<strong>de</strong> había permanecido algunos añosestudiando leyes, y a diario esperaba recibir licencia <strong>de</strong>l Virrey,proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Bogotá, para practicar su profesión en Venezuela.Con frecuencia acompañaba a mi madre en sus visitas al locutorio<strong>de</strong>l convento, <strong>de</strong>jando pocas veces <strong>de</strong> ver a CarmelitaIbáñez junto conmigo; ya estaba acostumbrado a oírme hablar<strong>de</strong> ella como mi amiga predilecta, mientras ella se hallaba predispuestaen favor suyo por lo que yo le había dicho <strong>de</strong> él amenudo y por la lectura <strong>de</strong> sus cartas para mí; todo lo cual,como cuanto pertenecía a cualquiera <strong>de</strong> nosotras dos, era <strong>de</strong>mutuo interés. Así, pues, no habría porque sorpren<strong>de</strong>rse si <strong>de</strong>s<strong>de</strong>su primer encuentro experimentaron ambos una recíproca inclinación.257

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!