Juventudes latinoamericanas
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<strong>Juventudes</strong> <strong>latinoamericanas</strong><br />
cia de los movimientos sociales de jóvenes como respuesta al problema<br />
ya planteado por Rodríguez Giralt (2002), del individuo en las<br />
sociedades contemporáneas cuyos recursos simbólicos aumentan el<br />
potencial de “individuación” y con ello la imposibilidad de acción<br />
política, en tanto ésta implica un espacio de relación de diversos y<br />
plurales, “la política nace entre los hombres y por lo tanto fuera del<br />
hombre” (Arendt, 1993, p.31). De esta manera la acción política se<br />
escapa del poder autónomo del sujeto e instala su emergencia en el<br />
entre-nos; implicando no sólo un espacio de relación, sino también<br />
la constitución de la acción como posibilidad de encuentro del diálogo,<br />
de la pluralidad. Desde aquí habría que decir que incluso un<br />
trabajo investigativo asumiendo la hermenéutica ontológica política,<br />
propone el debate al no olvidar que la construcción de conceptos, denominaciones<br />
o teorías epistémicas tradicionales, finalmente se traduce<br />
en un acto de descripción de la realidad. Con los lenguajes, las<br />
acciones, los símbolos es posible explorar y decir la realidad como la<br />
vemos, pues apelar a una esencialidad radical no es algo que se logre<br />
justamente indagando por vía del lenguaje y la palabra. Razón de<br />
más para pensar el diálogo como tarea y compromiso hermenéutico.<br />
Hay que decir pues, que lo ontológico de la hermenéutica, se ofrece<br />
en clave de una comunicación en situación, motivo suficiente para<br />
volver crítico el panorama de lo político de la vida juvenil contemporánea.<br />
¿Qué comunican nuestros jóvenes? ¿Qué comunican en la<br />
acción? ¿Quiénes son cuando comunican? Estas son preguntas que<br />
resultan fundamentales para una hermenéutica ontológica política<br />
en el marco de su adopción.<br />
Pero, en clave de la acción política, ¿cómo se da aquel potencial<br />
de “individuación” aumentado por los recursos simbólicos?, ¿por qué<br />
razón hay que hacer hermenéutica en los diversos niveles de lo político?<br />
Hay que decir que en muchas ocasiones, desde medios de comunicación<br />
hasta escenarios académicos, se asocia de manera determinante<br />
la capacidad simbólica humana con hechos, eventos o acciones<br />
que planteándose en la esfera de lo extraordinario, exige un nivel de<br />
captación y recepción diferente al que normalmente se puede dar en el<br />
plano de los discursos “directos”. Este fenómeno instala el campo de<br />
lo simbólico en una esfera que no es de fácil intelección o en un lugar<br />
que simple y llanamente se queda corto en el terreno de la eficacia<br />
“política”. Es decir, de manera frecuente lo simbólico no está asociado<br />
con las soluciones, acuerdos, o cambios requeridos de manera urgente<br />
en una sociedad determinada. Hay que decir al respecto que el trabajo<br />
que se ha hecho con los jóvenes y las jóvenes cuyos ejemplos explicitaremos<br />
más adelante, conducen a pensar lo simbólico como motor<br />
de estas nuevas lógicas de poder, pues no solamente instalan al espec-<br />
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