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Lectura y familia.indd - Consejo Escolar de la Región de Murcia

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Manuel Ballester<br />

se constituye <strong>la</strong> <strong>familia</strong>) no es un sentimiento. El amor produce sentimientos,<br />

cuando soy amado entonces lo habitual es que ese amor se manifi este en un<br />

sentimiento agradable. Pero el sentimiento y el amor no son lo mismo sencil<strong>la</strong>mente<br />

porque el amor no es un sentimiento. El amor es distinto <strong>de</strong>l estar a<br />

gusto, <strong>de</strong> <strong>la</strong> atracción y otros fenómenos afectivos simi<strong>la</strong>res4 . Para mostrar esto<br />

en el breve espacio <strong>de</strong> que disponemos, basta consi<strong>de</strong>rar los <strong>de</strong>svelos (literalmente)<br />

que suponen en ocasiones los hijos. Queremos a nuestros hijos, pero no<br />

nos apetece, ni estamos a gusto, ni nos seduce <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> pasar unas cuantas noches<br />

en ve<strong>la</strong> porque el niño tiene tos. Eso produce sentimientos absolutamente<br />

opuestos: mal humor, <strong>de</strong>sesperación, etc. Pero queremos a nuestros hijos y por<br />

eso, aun cuando no están presentes los sentimientos positivos, seguimos haciendo<br />

lo que dicta el amor, porque es c<strong>la</strong>ro que el amor impone exigencias.<br />

Repito, pues, querer no es un sentimiento p<strong>la</strong>centero y si esta confusión es<br />

fatal siempre, en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>familia</strong> entraña el germen <strong>de</strong> su <strong>de</strong>strucción5 .<br />

Esta distinción tiene también una repercusión en el ámbito <strong>de</strong> <strong>la</strong> lectura. Si no<br />

hemos <strong>de</strong> confundir querer y gustar, entonces habrá que p<strong>la</strong>ntearse si al fomentar<br />

el p<strong>la</strong>cer <strong>de</strong> <strong>la</strong> lectura no estaremos fomentando una actitud vital que, <strong>de</strong><br />

tras<strong>la</strong>darse a <strong>la</strong>s noches <strong>de</strong> <strong>de</strong>svelo, incitarían a arrojar al niño por <strong>la</strong> ventana.<br />

Un segundo aspecto que me parece <strong>de</strong> interés y a cuya conexión con el anterior<br />

sólo po<strong>de</strong>mos aludir es el siguiente: no es lo mismo amar que saber amar.<br />

No es lo mismo cantar que saber cantar, no es lo mismo leer que saber leer.<br />

No. El personaje <strong>de</strong> Saint-Exupéry, el Principito cuenta que en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con<br />

su rosa, con <strong>la</strong> persona amada, se sintió mal, hubo malentendidos, no se encontraba<br />

a gusto y por eso <strong>de</strong>cidió abandonar a <strong>la</strong> rosa. En <strong>la</strong> <strong>de</strong>spedida queda<br />

patente que él quiere a <strong>la</strong> rosa. Y que <strong>la</strong> rosa ama al Principito. Pero <strong>de</strong>ben<br />

separarse porque el Principito «era <strong>de</strong>masiado joven para saber amar<strong>la</strong>» 6 . Este<br />

es un aspecto que, aludiendo a <strong>la</strong> <strong>familia</strong>, me parece que hay que subrayar:<br />

4 He <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>de</strong>tenidamente esta cuestión en BALLESTER, M., El camino <strong>de</strong>l amor,<br />

Nau Llibres, Valencia, 1997.<br />

5 Des<strong>de</strong> esta perspectiva se entien<strong>de</strong> que una re<strong>la</strong>ción actual pueda romperse con más<br />

facilidad. Si el fundamento <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción es el patrimonio o <strong>la</strong> estirpe, los comportamientos<br />

individuales no alcanzan a lesionar o romper esa unión. Si el fundamento es el sentimiento (<strong>de</strong><br />

agrado, atracción) y si éste se <strong>de</strong>teriora, se abre así <strong>la</strong> puerta a <strong>la</strong> disolución <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>familia</strong>. Ahora<br />

bien, <strong>la</strong> cuestión es que el fundamento no es el sentimiento, sino el amor. Por eso, es importante<br />

una correcta comprensión <strong>de</strong> cuál es el papel <strong>de</strong>l sentimiento y cuál es <strong>la</strong> función <strong>de</strong>l amor.<br />

6 «j’étais trop jeune pour savoir l’aimer», SAINT-EXUPÉRY, A., Le petit prince, VIII.

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