CADS10 Castellano. 2006 - Generalitat de Catalunya

) Estructurando el proceso en dos o más fases de menor a mayor nivel de
esfuerzo analítico (excepto en el caso de la Toscana). Esta opción no está
exenta de problemas puesto que a veces las presiones políticas pueden parar
el proceso en fases preliminares y obviar los análisis profundos.
La evaluación de los impactos de opciones alternativas para conseguir el objetivo
político deseado es una de las partes esenciales de toda EIR. Eso se consigue en
la totalidad de los ámbitos territoriales analizados excepto en Holanda, donde, si bien
se presentan opciones múltiples, sólo se baraja una de las opciones (la “preferible”).
También la experimentación italiana, a pesar de llevar a cabo una evaluación de impactos
preliminares de todas las opciones, sólo analiza en profundidad una de las opciones.
La ausencia de comparación entre los impactos de diferentes opciones desvirtúa la
EIR y le resta potencial a la hora de apoyar a los responsables de la toma de
decisiones en la toma de decisiones regulatoria (Radaelli et al., 2001). Si tan solo se
presenta una opción, la “decisión”, de hecho, ya habrá tenido lugar a nivel técnico
durante el proceso de elaboración de la EIR.
Los criterios utilizados en la evaluación difieren bastante entre los casos de estudio.
La metodología más exhaustiva en este sentido es la británica –también usada, como
hemos descrito anteriormente, en Escocia– que tiene en cuenta impactos económicos,
sociales, ambientales e institucionales (de control de cumplimiento, básicamente).
A través del uso flexible de sus tres tests, Holanda tiene en cuenta impactos de tipo
económico, ambiental y de control de cumplimiento, incorporando algunos impactos
sociales dentro del test de impacto sobre las empresas.
La evaluación más estrecha es la italiana puesto que tan solo considera criterios de
evaluación económicos, sociales y los relativos a la administración. El requerimiento
del análisis coste-beneficio es clave en este sentido, ya que conduce a abordar tan
solo los impactos más fácilmente monetaritzables. Los ámbitos territoriales que
requieren la consideración de un espectro más amplio de impactos son más flexibles
en cuanto al método analítico, alternando los datos cualitativos con las cuantitativos
y, entre estos últimos, datos expresados en unidades de medida diferentes (monetarias
o físicas). En vez de intentar incluir todos los datos en un análisis coste-beneficio –dadas
las conocidas dificultades de valoración monetaria de ciertos “bienes” ambientales–
se opta por la comparación de valores desiguales.
El grado de descentralización de la evaluación es total en Holanda, el Reino Unido
y Escocia, paises donde son los propios técnicos de los ministerios quienes proponen
la regulación a los encargados de elaborar la EIR. La descentralización se podría consi-
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