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El-control-parlamentario

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72 EL CONTROL PARLAMENTARIO Y EL REDISEÑO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICASQuien reduce el <strong>control</strong> <strong>parlamentario</strong> a un derecho de oposición o deminoría, lo limita al horizonte de un mero revisor de cuentas y lo aleja dela pretensión determinante de un poder de sanción decisivo. Dicho de otraforma, si limitamos el <strong>control</strong> <strong>parlamentario</strong> a una crítica pública, pertenece(el <strong>control</strong>) inequívocamente a la oposición, a la minoría. Si ampliamos el<strong>control</strong> <strong>parlamentario</strong> a una capacidad decisoria propia, por definición latarea de <strong>control</strong> es de la mayoría parlamentaria. 17Sin embargo, es importante mencionar que el argumento central paraconsiderar que el <strong>control</strong> <strong>parlamentario</strong> es un derecho de la oposicióntiene su origen cuando los partidos políticos comienzan a tener fuerza enel Parlamento, toda vez que la dinámica política no se desarrolla a travésde las instituciones como tal, gobierno-parlamento, sino en lo que seconoce como Estado de partidos (Martínez <strong>El</strong>ipe, 2000: 100) que se manifiestaen las relaciones mayoría-minoría. La literatura le ha otorgado a laoposición —no así a los partidos en el gobierno— el derecho de <strong>control</strong>sobre el gobierno a través de la posibilidad de obligarlo a dar cuenta desus actividades de manera pública, a fin de iniciar un debate público y,eventualmente, conseguir la sanción posterior por parte del electorado.En todo caso, el partido en el gobierno no ejerce el <strong>control</strong> <strong>parlamentario</strong>en países donde triunfan las lealtades personales y partidistas sobrelas institucionales y los partidos en general, pues aquí los que ocupan elgobierno carecen a menudo del espíritu de autocrítica, y entienden de muymal gusto autocuestionarse y responsabilizarse ante la sociedad de los erroresy actos dolosos cometidos por sus dirigentes (Sagüés, 2002: 441). Sinembargo, el panorama puede ser diferente en naciones donde predominanlas lealtades institucionales sobre las personales. En una entrevista realizadaen junio de 2006 en Berlín, un diputado de la CDU en el Bundestag rechazóque la oposición fuera quien más <strong>control</strong> <strong>parlamentario</strong> realizara sobre elgobierno y afirmó que solía ser muy común que su partido ejerciera un<strong>control</strong> muy estricto sobre el gobierno por una simple razón: 18Tenemos información de primera mano, somos el partido en el gobierno,tenemos comunicación constante con los funcionarios del gobierno, y esa17Traducción propia.18Entrevista con Ole Schröder, diputado del Partido Unión Demócrata Cristiana(Christlich-Democratische Union, CDU), Berlín, Alemania, 15 de junio de 2006.

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