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o sea la transformación de la ideología profunda del país<br />
(…) porque la ideología del MNR era más antipatiñista que<br />
antiimperialista y más antirosquera que antiseñorial (…) hoy<br />
día la supe<strong>re</strong>structura política es más <strong>re</strong>accionaria que en la<br />
década de los ‘40”.<br />
Se trata de la <strong>re</strong>ducción al tiempo patiñista, “la edad pronorteamericana<br />
o protonorteamericana de la política boliviana” (Zavaleta, 1995).<br />
En la continuación del “anti-patiñismo” que es una ideología nacionalista<br />
y en el mejor de los casos del nacionalismo <strong>re</strong>volucionario de<br />
izquierda, Zavaleta siguió dentro del MNR de Paz Estenssoro: “Yo no<br />
c<strong>re</strong>o que exista contacto alguno del MNR con la embajada americana,<br />
pero sí c<strong>re</strong>o que la política tiene sus propias trampas (…). Yo soy militante<br />
del MNR y el doctor Paz es el jefe del MNR. Reconozco su jefatura”<br />
(Zavaleta, 1971:7). Casi un cuarto de siglo antes había escrito en<br />
la p<strong>re</strong>nsa, que “Paz Estenssoro defi nió al MNR como la interp<strong>re</strong>tación<br />
de ‘nuestra <strong>re</strong>alidad a través del socialismo’”. También defendió a Siles<br />
Zuazo como el “nomb<strong>re</strong> y apellido” del proceso democrático (Zavaleta,<br />
1983b), afi rmando que “las dos grandes corrientes políticas surgidas de<br />
la Revolución de 1952 son el nacionalismo <strong>re</strong>volucionario y la corriente<br />
ob<strong>re</strong>ra marxista. Es un país izquierdista, qué duda cabe (…). El pueblo<br />
boliviano ha votado bien (por la Unidad Democrática y Popular, de<br />
Siles)” (Zavaleta, 1978).<br />
Retrospectivamente, la muerte p<strong>re</strong>matura de Almaraz es por todo concepto<br />
explicativa de la perspectiva personal de Zavaleta infl uida por el<br />
socialismo local (nacional). La contrasta con la vida cumplida de Ricardo<br />
Soruco Ipiña: “el más antiguo de los izquierdistas de Bolivia y también<br />
el más puro”, que se p<strong>re</strong>sentaba como socialista perteneciendo “por nacimiento<br />
a las clases altas” y fue el único particular que, sin puesto en la<br />
burocracia de entonces, <strong>re</strong>cibió una medalla de “los campesinos indios”<br />
de Ucu<strong>re</strong>ña (Zavaleta, 1968a). La forma de la narración <strong>re</strong>vela contradicciones<br />
al interior de la prosa barroca de Zavaleta, <strong>re</strong>feridas a la <strong>re</strong>lación<br />
del nacionalismo y el socialismo en los que piensa desde el primero, por<br />
lo que hay una fusión no <strong>re</strong>suelta ent<strong>re</strong> ambos: mientras menos evidente<br />
pa<strong>re</strong>ce la participación del enunciador, mayor es el grado de interp<strong>re</strong>tación<br />
autobiográfi ca de lo que cuenta. Se trata de un extrañamiento del<br />
autor, que no deviene en literatura, pese a la identifi cación imposible con<br />
sus personajes (Arfuch, 2002:47). En 1983, Zavaleta todavía piensa:<br />
120 HUGO RODAS MORALES