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ensayos_testimonios_y_re-visiones

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estudios e interp<strong>re</strong>taciones sólidas, por unir la teoría a la práctica política<br />

más radical.<br />

René experimentó y vivió los grandes confl ictos de su tiempo. Y los<br />

pensó con singular agudeza. En él, bien podríamos decir, Hegel surgía en<br />

términos casi espontáneos. Por eso, <strong>re</strong>cordar a René es también <strong>re</strong>cordar<br />

a Hegel. Y si se trata de <strong>re</strong>cordar y <strong>re</strong>scatar a Hegel, también se trata de<br />

<strong>re</strong>scatar los grandes problemas que abordara Zavaleta. Después de todo,<br />

con los matices y modifi caciones del caso, esos problemas siguen siendo<br />

los grandes problemas del continente latinoamericano. Hoy, tiempos<br />

de un neoliberalismo infame y antidemocrático, en que el gran imperio<br />

sigue devastando a nuestros pueblos, la defensa y hasta la constitución<br />

misma del ser nacional y latinoamericano sigue siendo una ta<strong>re</strong>a mayor<br />

y urgente. Por eso, pensamos que <strong>re</strong>scatar a Hegel es también seguir<br />

y continuar por esa apasionante ruta que tanto ayudara a desbrozar el<br />

<strong>re</strong>cordado y ejemplar amigo.<br />

In Memoriam<br />

240 JOSÉ VALENZUELA FEIJÓO<br />

— I —<br />

Hoy, la fi losofía pa<strong>re</strong>ciera estar en decadencia. Por ella, por las ta<strong>re</strong>as<br />

que le son propias, hay una notoria menor p<strong>re</strong>ocupación. Y en el medio<br />

educativo se le van <strong>re</strong>cortando los espacios y <strong>re</strong>legando a una posición<br />

que ya es marginal. Podríamos entonces pensar: las p<strong>re</strong>guntas que moldean<br />

la actividad del fi losofar ya no inte<strong>re</strong>san.<br />

Pero, ¿cuáles son esas p<strong>re</strong>guntas? O mejor, ¿cuál es el problema –la<br />

gran aporía– que nos conduce al fi losofar? El homb<strong>re</strong> existe en el mundo,<br />

junto a otros homb<strong>re</strong>s, junto a la naturaleza y sus procesos; maneja ideas,<br />

valo<strong>re</strong>s, símbolos, conocimientos. Y trata de ubicarse en esta <strong>re</strong>alidad<br />

variopinta. En la bella exp<strong>re</strong>sión de Max Scheler, se p<strong>re</strong>gunta por “el<br />

puesto del homb<strong>re</strong> en el cosmos”. Es decir, trata de tener alguna idea<br />

sob<strong>re</strong> el mundo que le rodea y el papel que en esa <strong>re</strong>alidad juega. Quie<strong>re</strong><br />

saber del homb<strong>re</strong> y de su vida, de su entorno natural. Y quie<strong>re</strong> saber del<br />

saber. Es decir, sob<strong>re</strong> su conocer de esos dos mundos: el de los homb<strong>re</strong>s<br />

y el de los procesos naturales. En b<strong>re</strong>ve, quie<strong>re</strong> saber cómo se las maneja<br />

en este mundo, cómo lo conoce, cómo se lo <strong>re</strong>p<strong>re</strong>senta, cómo en él<br />

despliega su vida. Ya lo decía Epicuro: “tenemos una necesidad suma del

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